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Hace una semana, el Palacio de Buckingham informaba que el rey Carlos III tendría que ser sometido a una intervención quirúrgica para solucionar un agrandamiento de la próstata, una dolencia benigna que se presenta con la edad y que, de acuerdo con su comunicado, solamente lo ausentaría de sus compromisos públicos durante un breve periodo de tiempo.
Sin embargo, luego de que el monarca británico, hijo de la reina Isabel II, haya sido tratado por los especialistas médicos, en las últimas horas se han encendido las alarmas a raíz de informarse que su recuperación podría tardar más días de los que inicialmente se habían establecido.
Aunque los primeros reportes indicaban que el rey Carlos III solamente iba a estar ingresado una noche en el hospital luego de su operación por agrandamiento de próstata, una intervención que es considerada de bajo riesgo, los médicos británicos decidieron mantenerlo un día más en reposo y vigilancia.
De acuerdo con la nueva información, el papá del príncipe William y el príncipe Harry, tendrá que ausentarse alrededor de 10 a 14 días para completar su periodo de recuperación con éxito, además de que no podrá realizar movimientos bruscos o practicar actividad física de alta exigencia.
Lo anterior sin duda ha representando un contraste en la información que el Palacio de Buckingham ofreció mediante un comunicado compartido la semana pasada, el mismo día que se informó sobre la salud de Kate Middleton, quien estará 'de baja' en las actividades de la corona británica hasta principios de abril después de una cirugía abdominal.
"Su Majestad ha querido dar los detalles de su diagnóstico para alentar a otros hombres que puedan estar experimentando síntomas a hacerse controles, de acuerdo con los consejos de salud pública. El Rey tenía planeadas una serie de reuniones y eventos en Dumfries House mañana y viernes, que ahora se posponen por consejo del doctor; de ahí el anuncio de hoy", se leía en su comunicado.
De acuerdo con MayoClinic, el diagnóstico de Carlos III se llama 'Hiperplasia prostática benigna', se presenta en edades avanzadas, normalmente a partir de los 50 años, al ser benigna no presenta riesgo de padecer cáncer de próstata y entre sus principales síntomas incluye malestares en la vejiga, las vías urinarias y los riñones.
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