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Durante este sexenio han sido muy pocas las visitas reales que se han llevado a cabo en nuestro país, por eso cuando al inicio de esta semana por la noche, vimos llegar a los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia al aeropuerto internacional de la Ciudad de México fue un verdadero gusto.
Puede que para muchos estos encuentros con miembros de diferentes monarquías sean algo frívolos o sin ningún propósito en específico, pero es todo lo contrario. Una de las tareas más importantes de los monarcas en el mundo es ser el punto de conexión con otros países y crear lazos no solo diplomáticos sino también económicos, culturales, entre muchos otros.
“El objetivo de la Visita de Estado es consolidar las buenas relaciones entre Suecia y México y fortalecer los vínculos económicos y políticos, enfocándose en la innovación, cooperación, comercio e inversión” comentan desde la Embajada de Suecia en nuestro país.
En este viaje los monarcas suecos vienen acompañados por 25 representantes de empresas cuya intención es invertir lo cual siempre se traduce en más empleos para los de casa. “México es un destacado actor multilateral con el que Suecia disfruta de una estrecha cooperación. La Visita de Estado brindará la oportunidad de desarrollar esta cooperación” aseguran.
El día martes fueron recibidos en Palacio Nacional con una ceremonia de bienvenida presidida por Andrés Manuel López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. Más tarde los soberanos visitaron el Senado de México y por la noche ofrecieron una cena para las autoridades mexicanas.
El miércoles 13 de marzo por la mañana el rey Carlos Gustavo inaugurará el Foro Empresarial México-Suecia donde el tema central será el transporte y minería sostenibles así como la industria y las telecomunicaciones.
La reina Silvia creó hace un par de años la World Childhood Foundation, una organización cuyo fin es crear y apoyar programas para mejorar la situación de los niños en todo el mundo. De ahí que tiene especial interés en visitar este día las Aldeas Infantiles SOS ubicadas en la colonia Rosas del Tepeyac en la delegación Gustavo A. Madero. Esta organización internacional se encarga de restituir el derecho de niños y niños de vivir en familia o que están en riesgo de perderlo. Sin duda será una parada muy especial para la reina Silvia, reconocida internacionalmente por su defensa en favor de los niños menos favorecidos.
Posteriormente los monarcas suecos visitarán la Universidad Nacional Autónoma de México y tras un rápido almuerzo, el rey inaugurará las nuevas oficinas de Ericsson en la ciudad. Por la tarde los reyes mantendrán un encuentro con la comunidad sueca arraigada en nuestro país y pondrán el broche de oro a esta jornada en el Palacio de Bellas Artes donde disfrutarán una presentación del Ballet Folklórico de México.
El jueves 14 viajarán a la ciudad de Mérida donde tomarán el Tren Maya que los llevará a Uxmal donde se reunirán con representantes de pueblos indígenas mayas. Es importante mencionar que toda esta zona es una de las favoritas de Sus Majestades que la conocieron y quedaron maravillados por su belleza durante su primer viaje a México en el año 1982. Finalmente, el viernes 15 de marzo los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia tomarán un vuelo que los llevará de vuelta a casa y así finalizará su tercera visita a suelo Azteca. La última visita que habían hecho a México fue en el año 2002, es decir hace 22 años que no nos visitaban.
Silvia de Suecia, una reina de origen latino en México
La consorte real lleva por sus venas sangre latina pues su madre, Alicia de Toledo, era brasileña y estaba casada con el empresario alemán Carl Walther Sommerlath.
El matrimonio tuvo cuatro hijos y la menor era Silvia Renata Sommerlath de Toledo que nació en Alemania el 23 de diciembre de 1943, sin embargo sus padres decidieron mudarse a Brasil debido a que la Segunda Guerra Mundial estaba en uno de sus peores momentos y el país germano era blanco de varias potencias mundiales además de que no querían que sus hijos vivieran en la cuna del nazismo.
Así pues, toda la familia llegó a la ciudad de São Paulo, Brasil, donde Silvia aprendió hablar portugués y español. Por 12 años este paraíso lleno de color fue el hogar de la hoy reina de Suecia quien creció empapada de la calidez latina. Vivió una infancia increíble y según ha contado ella misma, fue una de las etapas más felices de su vida. Rodeada de playas, fiesta, música y una gastronomía de diez con Pâo de Queijo (Pan de Queso) y Picaña.
Brasil marcó su vida y dejó una huella profunda en su personalidad. La consorte real siempre se ha caracterizado por su sencillez pero sobre todo por su forma de ser tan cariñosa y cercana, muy latina, muy como nosotros.
Siempre que viaja al continente americano y en especial a Latinoamérica, sabe conectar perfectamente con su gente y la lleva inevitablemente a recordar su infancia y sobre todo a su madre, Alicia de Toledo.
Posteriormente la familia regresó a Alemania para radicar por un tiempo en Düsseldorf donde vivió su adolescencia. La reina habla seis idiomas, sueco, alemán, portugués, español y francés.
Fue en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972 donde conoció al rey Carlos XVI Gustavo de Suecia. Silvia formaba parte del grupo de jóvenes que vestían los tradicionales trajes alemanes Dirndls, cuya tarea era promover la cultura del estado alemán de Baviera.
Cuando el soberano sueco la vio, fue amor a primera vista y poco después iniciaron un noviazgo. Se comprometieron en marzo de 1976 y se casaron el 19 de junio de 1976 en la Catedral de San Nicolás de Estocolmo. Tuvieron tres hijos, los príncipes Victoria, Carlos Felipe y Magdalena. Actualmente tiene ocho nietos y es reconocida por ser una de las reinas consortes más queridas de toda Europa.
Siempre se ha dicho que el grupo Abba se inspiró en ella para escribir una de las canciones más conocidas en la historia, sí, “Dancing Queen” que por cierto la cantaron la noche previa a la boda real de Silvia y Carlos Gustavo.
Hoy, Silvia visita México. Nuestro país seguramente la hace sentir como en casa y le recuerda sus raíces latinas. ¡Bienvenida Su Majestad!