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Con un conjunto azul celeste que incluía un sombrero, Mako de Akishino asistió al Palacio Imperial de Tokio, la residencia permanente del emperador de Japón ubicado en un gran complejo de jardines en la región especial de Chiyoda en la capital japonesa, para reunirse por última vez como princesa y parte de la familia imperial con el actual emperador Naruhito y su esposa, la emperatriz Masako.
Aunque es una tradición que se conoce como “Choken no Gi”, la cual es que las novias de la corte japonesa tengan un encuentro con los emperadores antes de contraer matrimonio, la realidad es que Mako no disfrutará de las costumbres milenarias que han trascendido al tiempo en su familia por casarse con un hombre plebeyo, por lo que su encuentro con el emperador no estuvo enmarcado por los trajes típicos que se deberían usar en este tipo de actos.
Será el próximo 26 de octubre que Mako contraiga matrimonio con Kei Komuro, un plebeyo con el que tiene nueve años de noviazgo y por el que está disputa a dejarlo todo, ya que con la celebración de su boda, ella perderá el titulo real y todos sus privilegios al quedar automáticamente desvinculada de esta institución.
Lo que sí es que con esta reunión entre Mako y su tío, la todavía princesa que mañana sábado 23 de octubre cumple 30 años de edad, ha comenzado a decir adiós a su vida antes de darse el “Sí, quiero” con su prometido. De hecho, en los próximos días también visitará a sus abuelos, los emperadores eméritos Akihito y Michiko.
(Princes Mako de Japón el pasado 19 de octubre de 2021 / AFP)
“La princesa Mako siempre ha sido muy querida por ambos, el emperador y la emperatriz emérita, así que lamentarán profundamente tener que despedirse de ella ante su marcha de la familia imperial”, expresó un mensaje difundido por la Agencia Imperial a nombre de la emperatriz emérita Michiko.
Se espera que después de firmar su enlace por lo civil y dar una conferencia de prensa en un hotel de Tokio, la pareja parta con destino a Nueva York, en donde Kei ha estado en los últimos años estudiando Derecho y trabajando en un despacho de abogados. Leer también: Kei Komuro, el novio plebeyo de Mako de Japón, corta su ponytail días antes de la boda
(Kei Komuro y Mako de Japón en 2017 / EFE)
Como parte de su estrategia para tener la aceptación de la sociedad nipona, la princesa Mako rechazó la ayuda de 150 millones de yenes, algo así como 26 millones de pesos mexicanos, que el gobierno japonés otorga a las mujeres de la Casa Imperial que dejan su estatus para casarse con un plebeyo. Por si no fuera poco, también renunció a la tiara de diamantes y las joyas imperiales que le entregaron cuando cumplió 20 años. Leer también: El novio de la princesa Mako de Japón se reunirá con sus suegros para explicar sus finanzas