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A un mes de su inesperada partida, los hijos de Silvia Rojo organizaron una ceremonia en homenaje a su madre, quien falleciera en agosto pasado.
La cita fue en el Jardín Mayita en Constituyentes, lugar donde llegaron amigos y familiares para despedir con una emotiva misa a la filántropa y socialité mexicana, originaria de Huichapan, Hidalgo.
A la entrada del lugar, se colocaron algunas flores y coronas que algunos asistentes enviaron, como las de Oriana Vargas y la familia Devlyn, entre otras.
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Isabel Rojo, hermana mayor de Silvia, fue de las primeras en llegar a la cita, acompañada de su esposo, Daniel Goñi, quienes se encargaron de recibir a los asistentes, entre los que se encontraban importantes figuras de la sociedad mexicana, entre políticos, diseñadores, filántropos y empresarios
Luego de la recepción, dio inicio a la ceremonia encabezada por Héctor Alfonso Maccise, quien recordó a su madre a través de una lectura en la que compartió anécdotas y memorias, como su infancia, su relación familiar y algunos viajes.
“Te adoro mamá. Te escribo esto para darte las gracias por todo y para celebrar tu vida. Lo leo en frente de tanta gente que te amó, para compartir, para presumirte y porque viva, tú me lo pediste”, inició el discurso Héctor, quien lució un look de Chanel elegido en vida por su propia madre para cuando llegara ese día.
Durante la lectura, reveló detalles que en vida Silvia les pidió hicieran para el día de su muerte, como depositar un puñado de sus cenizas en Huichapan, otro en una banca de Central Park, y uno más cerca de ellos.
Héctor confirmó que también se cumplió cabalmente otra de sus voluntades: donar sus órganos.
“Hacerlo fue hermoso por varias razones. La primera, porque íbamos a poder dormir tranquilos todas las noches, sabiendo que no nos ibas a jalar las patas por no cumplir con una de las promesas más importantes que te hicimos. La segunda, porque en el día más difícil de nuestra vida nos enteramos de que, tu última acción en esta tierra fue cambiarles la vida a ocho personas, entre ellas un bebé”, reveló Héctor.
Durante su intervención, no dejó de agradecer las muestras de cariño de su familia y amigos que los han apoyado en este momento, especialmente a Guillermo González y a Greta Shelley, quienes se encargaron de la decoración del lugar y de la elección musical que se tocó aquella noche, respectivamente.
Tras su participación, dio inicio la ceremonia religiosa, que se celebró sobre un altar rodeado de flores y una imagen de la Virgen de Guadalupe, de quien era devota Silvia.
La homilía estuvo amenizada por la Orquesta Camerata Filarmónica y la Sociedad Coral Cantus Hominum, quienes deleitaron a los asistentes con algunas melodías de Verdi, Mozart y Bach, además del Ave María de Gounod.
El homenaje concluyó con tres canciones, de las favoritas de Silvia, Muñequita Linda, Vals Alejandra y Bésame Mucho.
Además de una imagen de la Guadalupana, se montó un retrato de Silvia rodeado de un marco de flores blancas.
Descanse en paz, Silvia Rojo.
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