Realeza| 06/11/2015 |17:09 |Texto: Ana Laura Sánchez Díaz-Monge/ Fotos: Héptor Arjona y Corina Herrera | Actualizada
17:09

Emocionada y feliz por llegar al país, así lucía Scilla Ruffo di Calabria durante nuestro encuentro en un exclusivo hotel de la Ciudad de México. La joven es hija de Augusto Ruffo di Calabria y de la princesa Irma Pss zu Windisch-Grätz. Su padre es primo hermano del rey Felipe de Bélgica. Su familia posee un linaje noble en Italia, país en el que a pesar de que no hay monarquía, ellos conservan sus títulos y abolengo.

Es una “princesa de sangre azul”, que lleva la música en las venas y decidió hacerse de un nombre más allá de su ascendencia real: “Vivo en una República y princesa o no princesa, tengo que trabajar, porque hay que ser independientes”, comenta. La manera en que la música llegó a su vida fue muy particular… para sanarse.

Desde pequeña en su casa escuchaba a Johnny Cash, Gipsy Kings y Dean Martin, eso fue conformando su afición, pero en ella la música fue más allá pues asegura que ésta le salvó su espíritu: “Me enfermé de anorexia y estuve en el hospital, sin contacto con nadie, sólo escuchaba música, era mi única compañera”, confiesa.

Completamente recuperada y con muchas ganas de vivir, Scilla no se avergüenza ni calla sobre este tema, por el contrario, prefiere compartir su experiencia y ayudar a quien se lo pida: “No debemos avergonzarnos de esta enfermedad, hay que pelear y la gente no debería de convertirlo en un tabú, las víctimas de este padecimiento deben recibir apoyo y si puedo ayudar, lo hago feliz”.

Sus grandes influencias son Elvis Presley y Willie Nelson, una explosiva mezcla de country con rock & roll. En entrevista se declaró admiradora de la música mexicana (por su ambiente, folclor y sonido) y fanática del mariachi: “Si hiciera una fiesta definitivamente contrataría a los Tigres del Norte, a un mariachi y a Luis Miguel, me gustan mucho”. Scilla considera que la música italiana y la mexicana tienen cosas en común pues ambas le cantan a un corazón roto y tienen melancolía, explica.

La historia de Scilla Ruffo di Calabria, la princesa DJ
La historia de Scilla Ruffo di Calabria, la princesa DJ

Princesa todo terreno

Además de ser DJ y una verdadera fanática de los ritmos, terminó sus estudios en Londres y obtuvo la licenciatura en Relaciones Internacionales.

Trabajó durante varios años para el Ministerio de Salud en Italia y en 2011, una amiga le hizo una invitación que le daría un vuelco a su vida. “Mis amigos saben que la música es mi pasión y mi amiga me dijo: ‘Tengo una fiesta en una galería, ayúdame con la música’,  así que llegué con mi computadora, mi mezclador, la gente bailó y así empezó todo”, cuenta.

Perteneciendo a una familia aristócrata en Italia porque uno de sus miembros contrajo matrimonio con el heredero de la corona belga, ¿qué pensaron cuando decidiste dejar la tiara por un tornamesa? “Nunca les dije, sólo lo hice y mi padre después comentó: ‘¡Finalmente bailaré en las fiestas!’, y sí que sabe cómo animar las fiestas, su estilo es una gran influencia para mí, por su música de los años 50 y 60 empezando por The Beatles".

Sin embargo, la llamada Princesa DJ no puede negar que pertenece a un mundo privilegiado donde la gente tiende a etiquetar a las personas. Ella siendo sobrina-nieta de una de las reinas más bellas que Europa jamás tuvo: “Mi tía, la reina Paola de Bélgica, era una  mujer hermosa, elegante y distinguida, sus fotos en los 60 son espectaculares”. Y ¿cómo describes a tu tía como reina?, le preguntamos: “Era extremadamente fuerte, lo tuvo que ser para reinar, así tienes que ser, no hay otra manera”, afirma. Pero no es que Scilla no le guste ser parte de la realeza, ¡lo ama! Asegura que es fascinante ver como en España, Inglaterra y en Bélgica, la gente siente idolatría por sus soberanos: “Ves ese amor y fascinación, yo lo siento también, amo la monarquía, estaría mal si no lo hiciera”.

La historia de Scilla Ruffo di Calabria, la princesa DJ
La historia de Scilla Ruffo di Calabria, la princesa DJ

Los sueños de una noble

Y aunque todo sueño de una niña es ser una princesa, para esta princesa de verdad sus sueños infantiles eran otros: “Quería ser veterinaria, amo los perros, tengo uno inmenso llamado ‘Federico’”. Ya mayor, Scilla se volvió una mujer multifacética ya que no sólo se dedicó a la música, sino que también abrió su propia compañía “At Your Service”, con la que ofrece servicios para el hogar y la mujer; desde chefs, manicuristas, fotógrafos, maquillistas, músicos, decorador hasta plomeros o electricistas ¡una caja de monerías!

Comenta que lo que quiere en su vida es seguir haciendo música, a la que describe como “música feliz”, pero también quiere ver crecer su compañía y realizarse como mujer. Esta guapa royal actualmente no tiene pareja, aunque cree firmemente que el amor es importante para vivir; “Me enamoro todos los días, estoy muy enamorada de todo, de lo que veo, lo que escucho, de las personas, amo intensamente”. Por eso, Scilla no descarta encontrar a su príncipe azul y ¿podría ser un mexicano? —le preguntamos—, “¿por qué no?, los mexicanos son guapos, sería maravilloso”, finalizó la entrevista con una gran sonrisa, esperando que en la fiesta que iba a amenizar, la gente disfrutara de sus mezclas. Por lo pronto, en CLASE ya nos cautivó sin si quiera poner una canción en su tornamesa.