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Esta semana disfruté dos divertidas cenas en las que me encontré a mucha gente. La primera fue en Cuerno de Masaryk, el restaurante trendy de la CDMX. Especializado alrededor de la vida y con gusto por la parrilla norestense. Con el divertido hash tag #HacemosFuego degustamos tuétanos con escamoles, taquitos callejeros, el sashimi de hamachi, el chicharrón de pulpo, pulpo al grill y la coliflor roca. Imperdible también el pastel de campechana hecho a base de nuez, cajeta, helado de vainilla y pasta de hojaldre. Una delicia justo debajo de La Buena Mesa, mismos dueños regios. En una cena muy exclusiva que ofrecieron me encontré a Abelardo Marcondés quien me platicó que cada día tiene más éxito con su Instituto Luxurylab que realiza cada año en el Hotel St. Regis y se lo merece porque creo que es una extraordinaria persona, caballeroso, amable y atento en todo momento.
También estaban Ana Adalid, quien está realizando decoración de eventos de alto nivel y su hermano Carlos que acaba de regresar de un año sabático en París y que viene con muchos planes, entre ellos el lanzamiento de una nueva plataforma digital para guionistas de series y de cine. Los dramaturgos ahora podrán subir sus obras y comercializarse a nivel internacional para que lleven sus guiones a la pantalla. Muy interesante.
Dos días después fui invitada a la cena ofrecida por Ricardo Covalín, Cristina Pineda y Claudia Azpiri para el lanzamiento de su nueva vajilla creada por la firma portuguesa Vista Alegre titulada Atrapa sueños, que no es por nada pero de verdad es preciosa. Una mezcla de azules con naranja y grises, espectacular. De los árboles en La Cantina de el Palacio de Palacios colgaban cientos de atrapa sueños y veladoras. La música fue entonada por un dúo impresionantemente talentoso. Y ahí llegó Cristina Pineda del brazo -no se imaginarán nunca de quién- de Víctor Trujillo, el mismísimo Brozo, quien por cierto, se vio súper atento y caballeroso a pesar de que Cristina, como buena anfitriona que es, se paró cientos de veces para saludar a la gente que entraba y salía del lugar. Mismas veces que Víctor se levantaba para ayudarle con la silla.
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Al lado de mi mesa que compartí con mi querido hermano Ulises, quien por cierto cumple 30 años como Director Editorial de la Revista alto Nivel, estaba Guadalupe Loaeza con Macú Ortíz, esta súper chef repostera que es un encanto. También estaba la polifacética escritora Claudia Marcucetti, Eduardo Kohlmann, Alejandro Garza, Stéphanie Martínez, Becky Alazraki, Alejandro Garza y José Ramón Ferrer.
No podía faltar también Carlos Salcido a quien vi de lejos igual que a Raquel Bessudo que estaba sentada en la misma mesa del embajador de Portugal. Raquel se veía guapa como siempre y se que está preparando su Festival cultural México en La Piel del 11 al 15 de septiembre en el Club France de la CDMX. Participarán joyeros, artesanos, anticuarios, cantantes, bailarines, chefs y artistas plásticos.
Así, esta cena fue cuidada al máximo en todos los detalles con un gusto inigualable. Y qué tal que me van pidiendo que junto con Guadalupe Loaeza y Lorenza Lazo decore una mesa a mi gusto con todas las piezas que encuentre de el Palacio de Hierro y también obviamente, la nueva vajilla Atrapasueños de Pineda Covalin. Me voy a esmerar, lo prometo.
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