Realeza| 19/01/2018 |15:17 |Elena Villanueva | Actualizada
15:17

El amor es algo con tal dimensión, que por dicho sentimiento Troya ardió, Romeo murió, Popocatépetl continua a lado de Iztaccíhuatl y nobles caballeros -de carne y hueso-, en contra de todo pronóstico, se han casado con plebeyas.

Históricamente los matrimonios entre príncipes y plebeyas no han sido vistos con buenos ojos; sin embargo, en los últimos años el mundo ha sido testigo de como mujeres nacidas fuera de una cuna noble se han convertido en duquesas, princesas e, incluso, reinas, luego de haberse casado con su “príncipe azul”.

Meghan Markle y el príncipe Harry son prueba de ello, pero no son los únicos cuyo amor ha sorteado las fronteras que separan a las familias reales del resto del mundo. Hoy te contamos quiénes son las afortunadas mujeres que han pasado de plebeyas a miembros de una familia real.

Grace Kelly
Nació en 1929 en Filadelfia, Estados Unidos. Sus padres eran  Margaret Katherine MajerJohn Brendan Kelly, un empresario y ex atleta olímpico que solía practicar el remo.

La infancia de Grace no estuvo colmada de los lujos y cuidados como los que le fueron conferidos a quien, muchos años después, sería su marido; sin embargo, fue criada en un entorno socio-económico más que decente, pues para cuando ella nació su padre, de origen humilde, ya había logrado convertirse en un empresario respetable.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
Las plebeyas que enamoraron a un príncipe

Con el tiempo Grace se convirtió en un una famosa y talentosa actriz de Hollywood que en 1954 se coronaría como Mejor Actriz, en los premios Oscar, todo gracias a su película “La angustia de vivir”.

En 1955 Grace fue invitada de honor en el Festival de Cannes. La actriz acudió a una sesión fotográfica que se había organizado en el palacio de los Grimaldi, y fue ahí donde la casualidad selló su destino: el Rey de Mónaco, Raniero III se presentó a mitad de la sesión fotográfica y no pudo más que admirar la belleza de quien sería su futura reina.

Meses después de aquel encuentro Grace se coronó, ahora de manera literal, como la princesa consorte de Mónaco.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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La princesa renunció a su carrera actoral y obtuvo una familia cuyos hijos continuarían el reinado de la familia Grimaldi.

No obstante, el telón de este cuento de hadas se cerró de la manera más inesperada: en 1982 Grace sufrió un accidente automovilístico del que no sobrevivió; sin embargo, queda claro que ella fue una de las primeras en vivir un amor de fantasía.

Rania de Jordania
Nació en 1970 en un país árabe llamado Kuwait. Su padre, Faisal Sedki Al Yassin y su madre IlhamYassin eran de origen palestino; él era médico y ella, ama de casa.

Rania tan bella como inteligente, la futura reina estudió Administración de Empresas en la Universidad Americana de El Cairo.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Se dice que no fue un baile sino una cena en la cual el príncipe Abdalá y Rania se conocieron. Aunque ella al principio no mostró mucho interés, el príncipe se empeñó en conquistarla y cinco meses después, el 10 de junio de 1993, ella se convirtió en la princesa soberana de Jordania. Título que no ostentaría por mucho tiempo, pues su esposo la nombró reina. Fue así como se convirtió en la reina más joven del mundo.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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No obstante, lejos de ser el clásico personaje de los cuentos de hadas, Rania es una reina solidaria y moderna que usa las redes sociales para beneficio de sus proyectos.

Kate Middleton
La duquesa de Cambridge nació en 1982 en Inglaterra. Es hija de Michael y Carole Middleton.

De niña estudió en un colegio privado y cuando tenía 19 años, en 2001, comenzó a estudiar Historia del Arte en la Universidad Escocesa de Saint Andrews, fue ahí donde conoció al príncipe Guillermo.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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No se sabe muy bien cuándo fue que comenzaron su relación, pero ésta se confirmó en 2005, cuando empezaron a salir en público. No obstante, y como la mayoría de las historias de amor, ésta también tuvo obstáculos que en 2007 llevaron a la pareja a una separación.

Dicen que el amor todo lo puede, y en ellos esto aplica muy bien, pues luego del evidente distanciamiento entre ellos, en 2008 se les volvió a ver juntos.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Esta vez la historia sería perpetua, pues en 2010 el príncipe le pidió matrimonio a Kate con el anillo de compromiso que había sido de su madre, la princesa Diana.

El día de hoy los duques de Cambridge forman una de las parejas más envidiadas del mundo; se han encargado de romper el protocolo real en varias ocasiones y esperan al que será su tercer hijo (ya tienen al príncipe George y a la princesa Chalotte).

Sofía de Suecia

 Sofia Kristina Hellqvist nació en 1984 en Estocolmo; sin embargo, sus padres Erik Oscar Hellqvist y Marie Britt Rotman, la criaron en Suecia.

Cuando creció regresó a Estocolmo, donde encontró trabajo como mesera y después como modelo. Cuando tenía 20 años posó para una revista llamada Slitz, un impreso dirigido a los caballeros. En la foto se le podía ver con la parte inferior de un bikini y una boa rodeándole el cuerpo.

La foto logró que los lectores de la revista la nombraran Miss Slitz 2004 y esto le abrió las puertas para participar en un reality show llamado Paradise Hotel.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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El príncipe y Sofía se conocieron en un almuerzo con amigos que tenían en común y aunque su relación no fue bien vista por algunos de los miembros de la familia real y en contra de todo pronostico, lograron llevar su relación hasta el altar, pues en 2014 la Casa Real Sueca anunció el compromiso del príncipe Felipe con la ex modelo.

El 13 de junio de 2015 las miradas del mundo se posaron en Suecia para atestiguar la boda de Sofía y Carlos Felipe, el único primogénito varón de los reyes de Suecia.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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El día de hoy la ex modelo es madre de los príncipes Alexander y Gabriel y aunque recientemente se rumoró que el matrimonio podría tener problemas, lo cierto es que continúan sido una gran familia.

Letizia Ortiz
La reina Letizia nació en Oviedo, España, el 15 de septiembre de 1972. Su madre, Paloma Rocasolano, era una enfermera y su padre, Jesús Ortiz, es periodista.

Doña Letizia decidió seguir los pasos de su padre y convertirse en periodista, un oficio que la llevó a trabajar en prestigiosos medios tanto nacionales como internacionales. La pasión y empeño por su trabajo era tal que en el año 2000 recibió el Premio Larra, otorgado sólo a los mejores periodistas menores de 30 años.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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A veces el amor no es como se espera, y esto le paso a la reina de España, pues en 1998, antes de conocer al príncipe Felipe, se casó con Alfonso Guerrero, un profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, pero queda claro que el destino de Letizia no era a lado de aquel hombre, pues a menos de un año de matrimonio decidieron divorciarse.

Fue un par de años después que el verdadero amor se presentaría ante ella. El príncipe de Asturias y la periodista se conocieron en una cena en 2002 y al amor le pareció que aquel era el lugar indicado, pues al año siguiente la Casa Real anunció que el 22 de mayo de 2004 sería el día que vería a la pareja unir sus vidas para siempre.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Luego de ostentar el título de princesa por poco más de 10 años, su esposo, el príncipe Felipe ascendió al trono en 2014. Letizia es hoy la reina de España, madre de dos hijas y una periodista a la que aún le falta terminar de escribir el mayor texto de su vida: su historia de amor con el rey Felipe.


Charlène de Mónaco
Charlene Wittstock nació en el actual país de Zuimbabue en 1978.

La historia entre Alberto y Charlène comenzó como comienza una fogata: con una chispa que no se avivaría sino hasta seis años más tarde.

Se conocieron gracias a que Charlène participó en una competencia de natación que se celebró en Mónaco, en la que, por supuesto, el príncipe Alberto estuvo presente; sin embargo, fue hasta 2006 cuando su noviazgo se hizo evidente.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Turín el príncipe Alberto la acompañó y el afecto que se demostraban en público terminó por confirmar la relación entre ellos.

Cuatro años más tarde, en 2010, el compromiso de la pareja se oficializó y el Principado de Mónaco anunció la fecha de la boda: 1 de julio de 2011.

Luego de tres años de matrimonio la pareja le dio la bienvenida a sus mellizos: Jaime y Gabriela.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Desde el día en que la pareja contrajo nupcias no han parado los rumores sobre la falsedad de su matrimonio, no obstante, Charlène de Mónaco ha defendido públicamente la relación con su príncipe; es evidente que el cuento de hadas se rompe con ella, pero no por falta de amor, sino porque ella misma ha declarado que no ambiciona ser la imagen de un cuento de hadas, sino ayudar a quienes lo necesitan y hacerlo a lado de su esposo.

Máxima de Holanda
Máxima Zorreguieta nació en 1971 en Argentina. Es hija de María del Carmen Cerruti y Jorge Zorreguieta, un hombre que alguna vez fungió como funcionario durante la dictadura de Rafael Videla.

Creció en su país natal en un familia sin problemas económicos. Estudió Economía en la Universidad Católica Argentina, de donde se graduó en 1955. Se mudó a Estados Unidos, en donde ejerció durante un tiempo, pero más que verla como una empresaria, el destino pretendía coronarla como la princesa.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Fue una amiga quien se encargo de presentar a Máxima y Willem Alexander, heredero al trono de los Países Bajos.

El 2 de febrero de 2002 se celebró la boda real, pero el cuento de Máxima se vio empañado por el pasado que ligó a su padre con la dictadura argentina. Debido a ello las autoridades holandesas prohibieron la asistencia de Jorge Zorreguieta al matrimonio de su hija, algo que conmovió y llevó hasta las lágrimas a quien sería princesa.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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El matrimonio de Máxima y Willem, al igual que muchos otros, no fue bien visto, pero esto no se debió precisamente a que el príncipe contrajera matrimonio con una plebeya, sino al pasado de su padre, no obstante, la futura reina ha sabido ganarse el cariño de su pueblo.

Luego de 16 años de matrimonio los futuros reyes han formado un matrimonio estable y lleno de cariño junto a sus tres hijos.

Meghan Markle
Una mujer que no podía faltar en esta lista.

Meghan nació en Los Ángeles, California, el 4 de agosto de 1981. Su madre, Doria Loyce Ragland es de ascendencia afroamericana y su padre, Thomas Wayne Markle es de ascendencia holandesa e irlandesa.

Markle asistió a un colegio católico, además estudió en la Escuela de Comunicación de la Universidad del Noroeste.

Más tarde decidió decicarse a la actuación, en 2002 comenzó a aparecer en series como Hospital General, después participó en CSI, Castle y Without A Trace. Uno de sus personajes más conocidos es el de Rachel Zane en la serie Suits.

Al igual la reina Letizia, Meghan también tuvo un matrimonio fallido. En 2011 se casó con Trevor Engelson, un productor de cine. Su matrimonio apenas duró dos años y se divorciaron.

Las plebeyas que enamoraron a un príncipe
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Cinco años pasaron desde entonces hasta que Harry y Meghan se conocieron. La pareja ha señalado que fue una amiga en común la que los presentó.

En marzo del año pasado se les comenzó a ver juntos y fue en noviembre que oficialmente se anunció su compromiso. El príncipe Harry, al que muchos calificaban de “incasable”, finalmente ha encontrado el amor a lado de Meghan Markle, que además de ser actriz se desempeña como activista.

La pareja ha declarado estar enamorada y aunque todavía no se sabe cuál es el título que le será conferido a Meghan, pues no será el de princesa, la boda ya tiene fecha y será el 19 de mayo, día en que el mundo entero volteará a Londres para ver la unión de Meghan y Harry. Por ahora lo único cierto es que para ella, el cuento apenas comienza.

Estas mujeres son algunas de las plebeyas nos demuestran que los cuentos de hadas han pasado de la ficción a la realidad y que los finales felices sí existen.