Gente con clase| 13/09/2017 |18:02 |Mariana Muñoz Z | Actualizada
18:02

Este año fue muy significativo para Martha Chapa, pues celebró 50 años de trayectoria artística, de una obra muy definida en la que se le ha reconocido por su icónica imagen de las manzanas, pero también por su labor altruista y de lucha social en favor de las mujeres. Sin duda, una artista mexicana que ha llevado la pasión por su país alrededor del mundo, a través de las más de 300 exposiciones que ha tenido en distintos lugares, es por este motivo que el Instituto Nacional de Bellas Artes le otorgó un reconocimiento, en julio pasado,  por su trayectoria en las artes plásticas.


Para platicarnos acerca de esta experiencia que se llevó a cabo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, nos recibió en su hogar. Ahí, entre bocetos, lápices, cuadernos de dibujo y sus obras en los espacios de su casa, la artista posó para nuestra lente y en una charla muy emotiva nos contó cómo fue para ella haber sido ovacionada por esta institución cultural una de las más importantes.


Al preguntarle sobre qué sintió al recibir este homenaje, le fue inevitable mostrarnos una amplia sonrisa y nos aseguró que esta entrega fue uno de los momentos más emotivos que ha tenido, pues desde el instante que entró a la sala, los asistentes se pusieron de pie para recibirla con aplausos y en ese momento, no pudo contener las lágrimas, confesándonos, que aunque trataba de esconderlas por pena, le fue imposible por el cúmulo de emociones que le llegaron en ese momento.


“Decir medio siglo de trabajo, asusta pero bien ha valido la pena por todo el cariño, respeto y reconocimiento que coseché. Ahí estaba uno de mis hermanos, mis dos hijas; Martha y Laura, mi pareja, Alejandro Ordorica, así como amigos maravillosos que me acompañaron. Ese día sentí que todas las emociones se conjuntaron, por supuesto que vinieron a mi mente muchos recuerdos de mis inicios, recordé a mi madre que hace muy poco se fue, me preguntaba ¿qué sentiría si hubiera estado ahí? Por supuesto que también evoqué a mi padre, quien falleció a los 48 años”, dijo.

BELLAS ARTES RECONOCE A MARTHA CHAPA

*Martha Chapa muestra orgullosa el reconocimiento que le dieron, en Bellas Artes, por sus 50 años de trayectoria artística y sus 70 años de vida  
*El homenaje a la  pintora, escultora, escritora y amante de la gastronomía se realizó en julio pasado 
*Durante su homenaje, Magdalena Zavala, titular de la Coordinación de Artes Plásticas del INBA, leyó un texto escrito por Guadalupe Loaeza
*La pareja de la pintora, Alejandro Ordorica, leyó un texto de admiración a ella
*María de la Fuente O’Higgins, de 97 años, es  fundamental para la artista, pues fue su primer maestra de pintura

PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana
PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana

El principio


La artista hizo hincapié en que la  tarde del homenaje, pasaron por su mente todo tipo de recuerdos que la forjaron y la hicieron tener la carrera que -en ese momento- se estaba festejando, es por esa razón que  para ella fue muy importante tener, entre los asistentes, a su primer maestra de pintura, María O’Higgins, y de este modo fue como inició con las anécdotas de su vida y obra.


“A ella la conocí en Monterrey de una manera muy linda, iba caminando con mi padre en la Alameda y ahí vi a un grupo de niños reunidos, así que fui a investigar y vi que estaban pintando. La maestra me explicó que era un taller de arte, al que acudían los sábados y domingos; habían muchos requisitos para entrar y yo quería meterme. Estaba muy chiquita, los alumnos eran mayores que yo, pero pienso que ella vio en mí tantas ganas, que me aceptó. Nunca me arrepentiré de eso porque ella fue fundamental para mí”, añadió.

Desde ese entonces comenzó su inquietud por pintar, sin embargo cuando le dijo a sus padres que quería dedicarse a eso, a su mamá le dio mucho miedo, pues le decía que esa profesión no era para ella, mientras que su padre la apoyaba, debido a que tenía dos hermanas, una pintora y otra cocinera, mujeres que la inspiraron y la impulsaron a seguir adelante por sus sueños.


“Ellas estaban muy avanzadas para su época, eran hermosas, con pretendientes a montones, aunque no quisieron casarse por bravas y rebeldes, ellas para mí fueron muy importantes, fueron una lección. De hecho, yo estaba dispuesta a no casarme si por eso no podía trabajar, ya que todos los pretendientes de mis tías les decían que si se casaban con ellos, tenían que dejar de hacerlo”, mencionó.

Triunfemos en la medida de lo imposible, porque el país necesita personas talentosas, que tengan pasión por él”

PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana
PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana

La vida le trazó otros caminos

Sin embargo,  a muy corta edad, conoció a su primer amor  con quien se convirtió en madre. Nos platicó que a su ex esposo lo conoció en un congreso de urología al que asistió con su padre, pues ella en muchas ocasiones fungía como su acompañante debido a que a su mamá no le gustaba viajar y tendía a enfermarse.


Nos contó que luego de un mes de noviazgo, él le dijo que tenía que irse un par de años a Nueva York para terminar su especialidad en Urología, así que le propuso que se casaran, lo cual ella rechazó debido a su corta edad. Sin embargo, fue tanta su insistencia, que ella aceptó casarse con él, con la condición de que a su regreso de Estados Unidos, le permitiera seguir estudiando, pues apenas había concluido el nivel  secundaria.


En Estados Unidos, Martha  trabajó como secretaria, asegurando que de ese empleo aprendió el valor del dinero y saber lo que era una disciplina, con una cultura totalmente ajena a la de ella, pero tras dos años y medio, al regresar a México, su vida se complicó: “Le dije que ya quería regresar a estudiar, él me respondió que me había dicho que sí porque estaba segurísimo de que no me iban a aceptar en la escuela y ya se le andaba cumpliendo, porque me hicieron un examen de admisión y me tronaron. Fue uno de los momento más tristes de mi vida, me fui a estudiar un curso propedéutico y cuando tuve la oportunidad de repetir la prueba pasé con una calificación casi excelente”.

Al concluir con sus educación media superior, era el momento de entrar a la universidad, pero falleció su padre y entonces le dieron ganas de estudiar medicina, al igual que él: “Mi ex esposo me decía que ni esa carrera, ni la pintura iban con una mujer y es que cuando decidí casarme, lo hice pensando que todo iba a ser muy fácil y que eso me abriría las puertas. Claro que quería a mi pareja, pero a esa edad uno no sabe qué es el verdadero amor, lo confundes un poco el enamoramiento”.

 MARTHA A FONDO

COMIDA FAVORITA:
La mexicana, especialmente los chiles en nogada y los moles 
CIUDAD PREFERIDA:
Nueva York y Londres, aunque México es el mejor país 
SI NO FUERAN MANZANAS, ¿QUÉ OTRA IMAGEN  ELEGIRÍAS?
 Quizá, los chiles 
TRES COSAS QUE GUARDARÍAS PARA EL FIN DEL MUNDO: 
Yo creo que nada porque no tengo apegos, aunque si forzosamente tuviera que llevarme algo, solo elegiría una manzanas
CUÁL ES TU MAYOR ORGULLO: 
Mis hijos
MIEDO MÁS GRANDE: 
La falta de creatividad 
PERSONAJE AL QUE MÁS ADMIRAS: 
Sor Juana Inés de la Cruz es uno de mis personajes favoritos
LEMA DE VIDA:
 “Ama intensamente”
SI NO HUBIERAS ELEGIDO PINTAR, QUE OTRA PROFESIÓN HUBIERAS ESCOGIDO:
 Hubiera sido médico

OTRAS FACETAS 

No solo ha destacado en la pintura, también lo ha hecho como escritora.
Su investigación gastronómica en 1980,  la llevó a escribir más de 32 libros.
También se ha desempeñado como luchadora social, a favor de los derechos de la mujer. 
Además de las manzanas, otras figuras que la han caracterizado son la Virgen de Guadalupe, el cactus y el maguey.
Ha sido parte de fundaciones como  Conmemoraciones, que restauró la casa que fue de Antonio Rivas Mercado y ahora está por convertirse en uncentro cultural.

PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana
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Llegó  su vocación llena de color


Explicó que para ella fue complicado estudiar la carrera de Medicina, pues ya tenía a sus dos hijas, sin embargo, cumplía con todas sus obligaciones, aunque confesó que para poder estudiar a altas horas de la noche, tuvo que acudir a medicamentos que la mantenían despierta. Sin embargo, una enfermedad la hizo pasar un tiempo en cama y aunque al principio se entretenía leyendo, necesitaba algo más que la hiciera olvidarse de su situación.


Nos contó que tomó sus lápices y papel, que tanto la habían acompañado en etapas anteriores y dibujó nuevamente, lo cual le hizo ver que su verdadera vocación estaba en la pintura, por lo que en cuanto pudo, fue a hacer todo el trámite para que la cambiaran de carrera y entró a estudiar a La Esmeralda.


“Tuve maestros muy comprensivos que me dejaban ir a su casa para seguir haciendo proyectos con mis hijos, una carrera difícil pero poco a poco fui teniendo más espacios, luché muchísimo y entendí que merecía libertad y vida, que podía hacer lo que quería si a diario lo conquistaba, trabajé muchísimo y creí en mis propias propuestas estéticas, siempre con una vertebración ética”, nos dijo.

“Decir medio siglo de trabajo, asusta pero bien ha valido la pena por todo el cariño, respeto y reconocimiento 
que coseché”

Después comentó que buscó entrar a galerías, le mostró su obra a maestros importantes y tuvo la suerte de gustarle profesionalmente a artistas como a José Luis Cuevas, Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, entre muchos otros que la ayudaron a tener proyección. Luego tuvo alrededor de 300 exposiciones individuales y varias colectivas alrededor del mundo, éxitos que le fueron inevitable regresar a su mente en aquel momento de ovación en el Palacio de Bellas Artes.

Y aunque asegura estar muy agradecida con todos esos profesores que le abrieron su corazón y apoyo, hay tres personas a las que atesora y son su prioridad, sus tres hijos, de quienes mencionó: Tengo hijos muy comprometidos, Martha tiene un restaurante muy famoso, es una mujer talentosísima, con una capacidad de trabajo muy grande. Laura es economista, mamá de cuatro hijos,  ha sido una madre ejemplar, muy esforzada, entregada, amorosa, ama de casa impecable. Mi hijo es fuera de serie, un hombre que trabaja en Nueva York, acaba de terminar un periodo muy importante porque fue el director de Thomson Reuters”.


Dice que a  los tres les enseñó el amor a México: “Que es nuestro país y nos debemos a él, que triunfemos en la medida de lo imposible, porque el país necesita personas talentosas, que tengan pasión por él, les he dicho que yo creo en ellos y la verdad es que me siento muy orgullosa y honrada de tenerlos. También siento que ellos de mí, estamos muy correspondidos. Mis tres hijos son personas muy entregadas, responsables, que me quieren y tienen un respeto muy grande pues saben lo que he luchado, los sacrificios que he hecho y ellos siempre han sido mi prioridad”, concluyó.

PORTADA: Martha Chapa, memorias de la pintora mexicana
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