Realeza| 06/06/2017 |13:09 |Ana Laura Sánchez-Díaz Monge | Actualizada
13:09

Una nación desolada por el deceso de su monarca, Jorge V, había muerto dejando viuda a la reina Mary y a su hijo Eduardo, el príncipe de Gales como heredero, los ingleses tenían puestas las esperanzas en el príncipe que aún no había contraído matrimonio, ni tenía hijos, de la misma manera el parlamento esperaba grandes acontecimientos referentes a la vida de Eduardo, proclamado rey, Eduardo debía encontrar una esposa y procrear un heredero; sin embargo, el príncipe ya había entregado su corazón a una mujer que no pertenecía a la realeza y peor aún, su pasado era escandaloso y desaprobado por completo por la familia real, la reina Mary se lamentaba... ¿Cómo era posible que su querido David se enamorara de esa mujer? su predilecto, el futuro de la nación quería convertir en reina a una mujer vulgar y sin principios, antes de morir el propio Jorge V vaticino la tragedia al asegurar –“Me voy a morir y este muchacho arruinará todo en menos de 12 meses”- y no estaba equivocado, fueron solamente nueve meses los que bastaron para que Eduardo tomara la decisión que cambió el rumbo de su vida y de Inglaterra.

La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor
La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor

Wallis Simpson, la mujer por la que lo dejó todo, incluso la corona de rey, Eduardo de Inglaterra. (Foto: EFE)

El príncipe de Gales, rey de corazones

Entrado la adolescencia se convirtió en el soltero más cotizado de Inglaterra y posiblemente de Europa, desde joven desarrolló su gusto por las mujeres.

El príncipe se relacionó a finales de la década de 1920 con Thelma Morgan, mejor conocida como Lady Furness, una aristócrata que provenía de una familia de diplomáticos, nacida en Suiza, Thelma tenía una hermana gemela llamada Gloria Laura, viuda de Reyinald Cornelius Vanderbil, heredero de una de las fortunas más grandes de Estados Unidos, la pareja tenía una hija, la ahora afamada diseñadora Gloria Vanderbilt.

El príncipe y el marido Furness eran amigos cercanos, no se sabía si Christopher Furness ignoraba la relación de su esposa con el príncipe o simplemente prefería seguir el juego, después de todo Eduardo era el futuro rey de Inglaterra, el idilio comenzó en 1929. Thelma y Eduardo viajaron por todo el mundo, disfrutaban de darse la buena vida, frecuentemente realizaban viajes a la India y Safaris por el África, además de asistir a fiestas en Londres donde también se encontraba Lord Furness “ajeno” a la situación.

Precisamente en una de estas cenas en la residencia de los Furness, ubicada en Burrough Court durante 1930, Lady Furness le presentó a una pareja de norteamericanos al príncipe, se trataba de Ernest Aldrich Simpson, un empresario que radicaba en Londres desde hacía tiempo junto a su esposa Wallis.

La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor
La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor

Eduardo, duque de Windsor, y Wallis Simpson de paseo. (Foto: EFE)

Fue en enero de 1931 que Wallis y Eduardo volvieron a coincidir y comenzaron a frecuentarse, incluso los Simpsons fueron invitados al castillo de Balmoral con un grupo de amigos, pero durante 1934 otro tipo de relación comenzó a surgir entre este par.

Desde que comenzara a fomentarse una amistad entre Wallis y Eduardo, él sentía gran atracción hacia ella: era alta, muy delgada, blanca hasta lucir pálida, con los ojos color violeta, ni ella misma se consideraba algo más, aunque se podría decir que tenía un “je ne sais quuoi” dirían los franceses en aquel año (1934). Thelma viajó a Estados Unidos ausentándose por algunos meses, para su regreso el príncipe ya le había encontrado suplente.

Según narró en alguna ocasión Wallis, fue durante un viaje a bordo del yate Rosaura, propiedad de Lorde Moyne, en agosto de 1934 que se enamoró del príncipe, los reyes Jorge y Mary fueron informados por los detectives del príncipe respecto a esta relación, ambos se encontraban horrorizados, el príncipe lo negó. Mientras que Ernest viajaba constantemente, Wallis se divertía con Eduardo quien amaba bañarla de joyas costosas, piezas hechas por Cartier especialmente para ella; Wallis gastaba el dinero del príncipe en las mejores casas de modas de Europa: Chanel, Molyneux, Mainbocher y Schiaparelli, entre otras.

En una ocasión Eduardo invitó a Wallis a una fiesta al palacio, ella arribó vestida elegantemente con joyas costosas, al verla Elizabeth, la duquesa de York le dijo su esposo el príncipe Alberto –“Wallis, esa mujer”- Eduardo tuvo la audacia de presentarla con la reina Mary quien se negó a cruzar palabra con ella, era una guerra declarada, los Windsor no la querían... eso sólo fue el principio del fin.

Eduardo VIII, ¿larga vida al rey?

El 20 de enero de 1936 Jorge V fallecía tras una larga agonía, al siguiente día Eduardo era proclamado rey, éste recibió la notificación en su residencia en el Palacio de St. James, junto a él se encontraba Wallis, para aquel entonces ella se encontraba en proceso de divorcio de su marido Ernest.

Eduardo trató por todos los medios de arreglar la situación con el parlamento; sin embargo, la Casa Real tampoco estaba contenta con el proceder del rey. En algún momento se le planteó al parlamento y al primer ministro un matrimonio morganático, donde Wallis no asumiría ningún papel más que el de esposa del rey, incluso ni siquiera tendría que ostentar un título; por meses se negoció la situación, pero ni el primer ministro Stanley Baldwin, ni el parlamento, ni mucho menos la reina Mary dieron su aprobación.

La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor
La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor

Accesorios de Wallis Simpson. (Foto: EFE)

Eduardo tomó una decisión, optó por el amor, eligió una vida con la mujer que amaba en lugar de una vida al servicio del pueblo que lo veneraba. El 11 de diciembre de 1936 Eduardo dio su último discurso despidiéndose de Inglaterra y dándole la bienvenida al nuevo rey.

Alberto le otorgó el título de duque de Windsor; sin embargo, le advirtió no poner un pie en Inglaterra a menos de que fuera invitado, también le recalcó que su futura esposa no llevaría el título de su alteza real, sin más Eduardo se marchó a Francia en busca de Wallis, quien lo esperaba ansiosa para comenzar una nueva vida.

La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor
La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor

Brazalete que perteneció a Wallis Simpson. (Foto: EFE)

Wallis y su David –como ella lo llamaba en privado- se casaron el 3 de junio de 1937 en el Château de Candé, cerca de Tours en Francia, la novia eligió un modelo de Mainboicher en azul claro, la boda fue muy íntima y ningún miembro de la familia real asistió.

El recuerdo de Wallis y Eduardo sigue muy presente, se han escrito una gran cantidad de libros sobre su romance, el del siglo, incluyendo películas biográficas, documentales y exposiciones. Esta relación representó un golpe muy fuerte para Inglaterra, pero a su vez el nacimiento de una nueva nación, Inglaterra se recuperó del abandono de su rey, y por su parte Eduardo vivió junto a la mujer que él escogió y que amó hasta el final de su días, a 80 años de su boda lo recordamos como el rey que lo dejó todo por amor.

La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor
La historia de amor de Wallis y Eduardo, el duque de Windsor

Broche de esmeraldas, rubíes y diamantes propiedad de Wallis Simpson. (Foto: EFE)