Más Información
¿Cuál consideras que es tu misión en la vida?
Primero quiero decir que mi misión en esta vida es tratar de iluminar mi alma y ayudar a los demás a iluminar la suya. Y para lograr esto, no me considero un gurú ni un maestro, sino simplemente un facilitador. Lo que quiero es facilitarle a la gente el camino y el proceso para que puedan lograr un salto cuántico en su desarrollo espiritual.
Desde muy pequeño supe a qué venía al mundo, desde que tenía uso de razón, y me daba mucha tristeza de ver cómo la gente se iba con la finta del materialismo, de tener una carrera por tener más y más y más, y nunca llegar a alcanzarlo. La gente quiere tener más y cuando ya alcanzó lo que quiere obtener, no le es suficiente, quiere más. El dinero no tiene nada que ver con que si la gente es mejor, si ha trabajado en su alma, tiene mayor cantidad de conciencia.
¿Tienes alguna anécdota que recuerdes sobre este tema en tu juventud?
Todo esto te lo digo porque desde muy pequeño me di cuenta de esto. A los quince años, es un concurso de oratoria, les dije que cómo era posible que anduvieran coleccionando papelitos y les saqué un billete y lo rompí, les dije que no era más que un papel, que no pueden dedicar su vida a coleccionar papelitos. Y la gente se shockeó de los que les quería decir y otra gente dijo: 'este es un junior que está rompiendo un billete'. Pero no era el mensaje, sino que no haga que tu vida se pierda en este materialismo.
Otra fue cuando en 1985 yo iba a hacer una planeación de lo que quería tener al año siguiente. Entonces en ese momento, me dicen mis guías espirituales: 'Tienes que escribir un libro que se llame “Ser, hacer y tener” para transmitir lo que te estamos dando del mundo y no quedártelo tú. Entonces viene a ser como una especie de revolución interna.
¿Cuál sería el objetivo de tu camino espiritual?
Yo me considero simplemente como un pequeño instrumento de Dios, porque yo no vine a crear una filosofía, ni una religión o secta. No. Mi único objetivo es que a la gente que toque su vida cambie, para bien, y una vez abierta la sed de conciencia, yo sé que cada persona va a llegar por el camino que tiene que llegar. Desde hace más de 40 años estoy dando seminarios y, antes de ser instructor del Método Silva de control mental, que fue lo primero que me empujó a ayudar a cambiar a la gente; y cuando escribo el libro comienzo a dar los seminarios que se llaman “Renacer”, que es un verdadero renacimiento que te da una nueva visión de la vida.
El objetivo de este seminario, ¿cuál sería?
El seminario “Renacer” te cambia la vida. Se trata de que aprendas a entender que tú no eres tu cuerpo, que el cuerpo es un vehículo que estás usando, que tú no eres tu pensamiento, que tu pensamiento viene de otras fuentes que son tu naturaleza divina, o la voz de tu dios interno y la voz de tu demonio interno. Cuando te das cuenta, cuando aprendes a meditar, tu mente se va aquietando, tus pensamientos se van calmando hasta que llega el momento en que ya no hay pensamientos, entonces llega un momento en donde realmente adquieres una plenitud total, porque cuando no estás con un pensamiento en tu mente dual, cuando no tienes pensamiento, tú eres tu alma, tu espíritu y tu ser unidos a Dios. Allí es donde está tu naturaleza divina, porque fuiste creado a imagen y semejanza de Dios.
¿Qué piensas del miedo?
Cada vez que uno vive una experiencia muy fuerte, cuando no la puedes digerir, te marca para siempre porque se graba en el inconsciente y de ahí condiciona toda tu vida. Entonces, cuando tienes el trauma del nacimiento, el trauma más grande de toda tu vida, uno de los objetivos del seminario es quitarte el miedo, porque el miedo te paraliza, porque no es de Dios, porque no es de tu naturaleza divina, porque el miedo es un instrumento de la oscuridad para no dejarte llegar a la luz. Y yo aprendí que para vencer los miedos hay varias técnicas, una de ellas es la que doy en el seminario, que consta en cambiar la falsa creencia, porque un miedo normalmente, cuando no está justificado, tiene una falsa creencia que te hace pensar algo que no es verdad y que no va a suceder, pero tú te lo crees, y entonces te da miedo, como la gente que cree que se va a caer el avión. Cuando tú recuperas el recuerdo de un trauma, este samskara, este anillo energético se convierte en flujo energético otra vez; la energía comienza a pasar otra vez y tú creces instantáneamente, en flujo energético, en consciencia, en bienestar y, lo más importante, te ayuda quitarte todos tus miedos para siempre.
Apto para toda la gente…
Para niños desde ocho años, para personas de 100 años; no importa tu nivel social o cultural; ves gente de todos los niveles sentada, una al lado de la otra, conviviendo.
¿También es como un ejercicio de “democracia espiritual”?
Así es. No es un seminario religioso, para nada. Es un seminario espiritual en el que vienen judíos, católicos, musulmanes; independientemente de la creencia que tú tengas, aquí convivimos.
Además, este seminario se lleva a cabo en un lugar al que llamas “sagrado” ¿porqué?
Sí, es un lugar sagrado, porque es un santuario, una montaña de cuarzo y grafito en donde es tan fuerte la energía que el 80 por ciento de las veces que llueve hay un agujero en las nubes arriba por la energía del cuarzo: tú te estás asoleando y ves llover 360 grados alrededor de ti y esa energía te hace entrar en estados de conciencia ejercitados y te hace cambiar tu vida, entonces, estás en un santuario que además fue concebido desde otra dimensión, porque mi padre (Antonio Domit), ya habiendo pasado a otra vida, en una meditación me dijo que tenía que comprar esa montaña, que tenía que ser un ejemplo mundial de convivencia del hombre con el medio ambiente.
¿Qué tan importante es este llamamiento que haces de tomar conciencia?
No puedes elevar tu nivel de conciencia sino trasciendes, y si no logras salirte del mundo en el que estás inmerso para observar desde arriba, te mueres allí, te quedas adentro y no ves más. Yo creo que todos somos uno y en la medida en que cada quien vaya evolucionando va ayudándole al otro automáticamente a crear una energía y una liberación de conciencia. Creo que es nuestra responsabilidad crecer en primer lugar y ayudar a los demás a crecer.
En ese momento de la entrevista, interrumpe la charla, se levanta a rescatar un escarabajo que ha caído en la alberca y lucha por voltearse y salir de allí. Él se dirige hacia el insecto, salta una barda, se aproxima y lo saca, lo mantiene en su mano un momento y lo coloca en un pedazo de tierra. Regresa para continuar la charla.
¿Qué ha aprendido Michel Domit a través de este camino de la evolución espiritual que no sabía?
He aprendido que el que no sirve, no sirve. Venimos a servir y en el servicio está la felicidad. A mí en mis seminarios con Angie, mi mujer, que está muy dedicada a esto, llega la gente y uno dice 'qué padre de ver el cambio en la gente, el cambio en sus caras y corazones'.
Tu eres un ejemplo entre lo empresarial y lo espiritual, ¿en algún momento te ha pesado un lado más que el otro?
Estoy muy agradecido con Dios porque escogí ser cineasta y a los 20 años mi madre me dijo: 'oye, la empresa de tu padre está en quiebra y si tú no te metes, pues vamos a perder todo'. Yo quería hacer cine para dar un mensaje espiritual al mundo y es fue como un shock. Sin embargo me dije: 'es el nombre de mi padre, déjate ya el dinero, es el nombre de mi padre que labró con tantos años de esfuerzo, porque era un hombre muy pobre que vino del Líbano y lo que hizo fue maravilloso. Entonces no podía dejar que eso se perdiera y me metí cien por ciento en la materia. Dije: 'Tengo que rescatarlo a como dé lugar'. Fue a los 20 años, tomar la dirección de una empresa en quiebra, que debía millones de dólares y entender que Dios me apoyaba y mi padre, pero fue al mismo tiempo también concentrarme en la materia casi al cien por ciento; fue meterme a bajar gastos, a cerrar fábricas, la remodelar tienda e imagen; él me apoyó y cambió totalmente la imagen de Domit.
Gracias a Dios hoy tengo una tercera generación que lleva el negocio. Fue un momento muy duro para mí, pero gracias a Dios no perdí la esencia, que es el espíritu.
Es decir, ¿en el servicio está gran parte de la felicidad?
La gente se va con la finta y pierde su espiritualidad por estar concentrada en la materia o pierde la materia por estar concentrada en la espiritualidad y tiene la falsa creencia de que para cumplir con su misión espiritual tiene que hacerlo sin ganar dinero, y es un error terrible.
Por eso el seminario está orientado principalmente a poder salir con una misión de vida, que la gente encuentre su propia misión de servicio. Hacemos un ejercicio de retrospección muy importante donde la gente recuerda su niñez, recuerda cuales eran sus héroes, por qué eran héroes, qué virtudes tenían, qué querían ser cuando fueran grande y por qué; y a partir de esta retrospección, se da cuenta de lo que le gusta ser para servir, de su ideal desde pequeño y escoge una nueva forma de vida. Entonces encuentras cambios en la gente, como el empresario que llegó al seminario y dijo que ya no quería seguir haciendo eso; fundó una nueva empresa para apoyar al talento musical y ahora se dedica a componer y buscar gente para darles la oportunidad y hace negocio de eso.