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Este fin de semana, la familia real de Mónaco vivió un momento muy especial con la primera comunión de los mellizos Jacques y Gabriella, hijos del príncipe Alberto y la princesa Charlene, un rito de profundo significado en la tradición católica.
Fue el palacio de Mónaco quien comunicó la noticia junto a una entrañable fotografía en la que los mellizos, de 10 años, aparecen de la mano portando una impecable vestidura blanca.
La primera comunión es uno de los sacramentos más importantes en la tradición católica, ya que marca la primera vez que un niño recibe la eucaristía, es decir, el cuerpo y la sangre de Cristo representados en el pan y el vino consagrados.

Para los mellizos Jacques Honoré Rainier y Gabriella Thérèse Marie, que nacieron el 10 de diciembre de 2014 en el Hospital Princesa Grace de Mónaco, esta celebración tiene un valor muy importante, pues desde muy pequeños han estado presentes en los actos públicos más importantes del Principado y suelen captar la atención por su simpatía y complicidad.

Esta primera eucaristía no fue la excepción. Su entrañable vínculo fue una de las características más evidentes en las fotografías compartidas por el palacio de Mónaco, quien, además, también envió un bonito mensaje para felicitar a los pequeños.
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Jacques y Gabriella de Mónaco celebran su primera comunión arropados por sus papás
A través de redes sociales, el palacio de Mónaco expresó sus felicitaciones para los pequeños mellizos en su día más especial. “En este día de primera comunión, extendemos nuestras más sinceras felicitaciones al príncipe heredero Jacques y a la princesa Gabriella, quienes recibieron este sacramento con fe y reverencia”.
Además, la publicación también incluye una bonita foto en familia del príncipe Alberto II y la princesa Charlene de Mónaco junto a los pequeños con la majestuosa catedral de Mónaco de fondo.

Para esta ocasión especial, los orgullosos papás usaron una vestimenta sobria en colores azul marino y gris que combinaron a la perfección.
Para los príncipes Jacques y Gabriella de Mónaco, esta ceremonia no solo representa un paso importante dentro de su desarrollo religioso, también está ligada a la historia de Mónaco.

Además, sus papás, el príncipe Alberto y la princesa Charlene, que se encuentran casados desde 2011, se han esforzado por construir una vida llena de amor y fe para sus pequeños. Ahora, con su primera comunión, los príncipes Jacques y Gabriella celebran un paso más en su crecimiento espiritual.
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