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Las cosas comenzaron a ir muy mal entre Carlos de Gales y Lady Di una noche antes de su gran boda, pues el hijo de la reina Isabel II le habría confesado a su futura esposa, horas antes de darse el "sí, acepto", que no la amaba. Aunque la entonces joven de 20 años se sintió devastada y pensó en no presentarse en la iglesia, tuvo que seguir adelante con los planes.
De acuerdo con Penny Thornton, una astróloga que además era confidente de Diana de Gales, la mamá de los príncipes William y Harry quiso cancelarlo todo. "Una de las cosas más impactantes que Diana me dijo fue que la noche antes de la boda Carlos le dijo que no la amaba. Creo que Carlos no quería ir a la boda con una premisa falsa. Quería arreglar las cosas con ella y fue devastador para Diana".
Esta dura confesión de la astróloga, quien habló para el documental de ITV "The Diana Interview: Revenge of a Princess", llega justo después de que el hermano de la princesa de Gales, Charles Spencer, volviera a acusar a la BBC de engañar a su hermana con documentos falsos para convencerla de dar una entrevista, en la que Diana habló de la infidelidad de Carlos con Camilla Parker y de su romance con el exoficial de caballería británico James Hewitt.
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“La BBC se ha disculpado. Estamos felices de repetir esa disculpa. Y aunque esto fue hace un cuarto de siglo, absolutamente investigaremos, de manera sólida y justa, nueva información sustancial. Le hemos pedido a Earl Spencer que comparta más información con la BBC. Lamentablemente, en este momento nos obstaculiza el simple hecho de que no podemos discutir nada de esto con Martin Bashir, ya que se encuentra gravemente enfermo. Cuando esté bien, por supuesto, realizaremos una investigación sobre estos nuevos problemas", informó la televisora inglesa de acuerdo con "People".
(AP)
Por otro lado, Rosa Monckton, amiga muy cercana de Diana de Gales, aseguró a "Daily Mail" que la princesa estaría viva si no hubiera sido por esa entrevista, pues señala que se orquestó de manera deshonesta y que eso aceleró de la peor manera el divorcio entre Diana y Carlos de Gales.
"Entre esas decisiones estaba el hecho de que Diana perdió su título real. Si lo hubiera conservado, todavía habría estado en el abrazo de la familia real cuando estuvo en París el 31 de agosto de 1997. Y es casi seguro que no habría estado en las manos incapaces de un conductor ebrio a exceso de velocidad empleado por Mohamed Al-Fayed, dueño del hotel Ritz donde ella y su hijo, Dodi, habían cenado".
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