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Para Columba Díaz, hablar de sus mascotas es hablar de compañía, amor, lealtad y mucho aprendizaje. Desde niña, la modelo y artista plástica de 30 años ha valorado el amor de los animales y, de hecho, sus primeros recuerdos con una mascota de compañía navegan hasta Querétaro, ciudad en la que creció y en donde aprendió a responsabilizarse de un ser vivo.
“Estaba súper chavita y mis papás me dijeron que si quería tener un perro tenía que educarlo y tenía que mantenerlo, así que me puse a dar clases de adiestramiento pero eran unas clases muy especiales porque eran perros que se irían con personas con capacidades diferentes, así que era otro tipo de entrenamiento y a mí me gustaba mucho, lo hice para mantener a un pastor alemán”, dijo en entrevista con CLASE.
Respecto a sus actuales mascotas, una adorable perra salchicha café que responde al nombre de Rafaela y una tranquila y dócil gatita que nombró Nahuila, Columba reconoce que fueron un tanto inesperadas, pues ella quería un perro de raza grande y tenía claro que jamás sería dueña de un felino.
Pero inesperadamente, Rafaela se volvió en una verdadera "obsesión" para Columba, después de que pasó algunos días con un perrito de la raza. “Un amigo me encargó a su perro, era un salchicha y me enamoré de la raza, desde entonces, me hice parte de una página de Facebook de gente que ama a los perros salchicha y en donde la regla número 1 es no lucrar con ellos”, compartió.
Así que un día de suerte para la modelo de 30 años, alguien compartió que su perrita tendría cachorros, brindándole a su mejor compañía: Rafaela. “Alguien puso que su perrita tendría perritos y tuve que esperarme a que nacieran, crecieran y fui por ella hasta Ecatepec, doné unas vitaminas para la mamá y desde entonces siempre ha estado conmigo”, refiere la modelo, que tiene un apoyo único en su mascota, desde hace poco más de ocho años.
Apoyo emocional
Columba está más que consciente del apoyo que implica tener un animal de compañía, de hecho, su perrita Rafaela está adiestrada, por la propia Columba, para auxiliarla en ataques de ansiedad. “Me regresa a la realidad, me apoya con su patita y me hace estar en el presente”, dijo la modelo, quien fue parte del comentado reality show Made in Mexico.
Aunque de Rafaela tiene claro el respaldo emocional, para Columba Díaz, un momento entrañable que vivió recientemente se remite a Nahui, la gatita que no quería adoptar pero sin la que ya no podría imaginar sus rutinas.
“Un día estaba yo muy mal en pleno ataque de ansiedad y llegó Nahui y dije wow, qué está pasando, porque me empezó a ronronear de una manera muy especial”, dijo.
Así llegó a su vida Nahuila
Su gatita, Nahui, que es muy cariñosa y tranquila, llegó también sin que Columba lo planeara, de hecho, confiesa que su primer plan era conseguirle una casa definitiva, cuando un amigo suyo la encontró en la azotea de su trabajo.
“Yo no quería un gato, ni siquiera quería otro animal, pero me dijo mi amigo que le diera hogar temporal y accedí a que por una noche se quedara. Tuve que salir y cuando regresé vi que Nahui y Rafa estaban acurrucadas y ya no tuve corazón para separarlas. Evidentemente si le hago caso a una y a la otra no, hay celos, pero en general juegan y se llevan muy bien desde siempre”, dijo Columba.
Su peor travesura
Columba reconoce que sus mascotas tienen un carácter tranquilo, y de hecho, está convencida de que regulan la energía de su hogar, algo que le ayuda a considerarlas como una extensión de su propia personalidad, sin embargo, recuerda que a partir de la llegada de Nahui, Rafa empezó a tener una conducta un poco más traviesa.
“Rafa era sumamente tranquila, pero cuando llegó Nahui empezó a tirar la basura, una vez bajé rápido por algo y cuando volví las atrapé juntas volteando el bote, así que les compuse la canción de ‘basurera, basurera’”, comenta divertida Columba.
Consciencia del amor que brindan
Columba considera que las familias ahora tienen más perros (o gatos) que niños porque resulta un tanto más consciente, desde su punto de vista, que quizá tener un hijo. La modelo asegura que su perra y su gata la han acercado al amor presente e incondicional por lo que hace un llamado a la reflexión y pide que se denuncie el maltrato animal en caso de presenciarlo.
“Lo ideal es buscar ayuda, pero sin ponerse en riesgo, muchas veces por denunciar se puede terminar también en un problema, entonces quizá acercarse a una institución podría ser una buena vía”, compartió.
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