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Al mismo tiempo que Regina Bautista decidió tener una mascota, supo que la perrita de unos queridos amigos estaba en espera de cachorritos. Así que todo se alineó para que el único macho de la camada fuera para ella.
Y desde que llegó a su vida, hace un año, este lindo pug formó parte de la familia. Nos cuenta que su mascota es muy sociable e incluso tiene sus amigos cuando va al parque a pasear.
Decidió nombrarlo “Bolillo” porque dice que de pequeño era redondo, muy gordito y parecía un pan. El 26 de enero cumplió un año y nos cuenta que el Pug llegó en un momento maravilloso de su vida. “Me lo entregaron en marzo, justo cuando me enteré que yo estaba embarazada. El perrito se echó conmigo todo ese periodo y me cambió la vida”, recuerda y afirma que fue su mejor compañero porque nunca la dejaba sola, estaba pendiente de sus síntomas e incluso cada vez que Regina se paraba en la madrugada, “Bolillo” la acompañaba a donde fuera.
Así el pug se convirtió en un miembro más de la familia y se ganó el corazón de todos, de sus papás, de su hermana y de su esposo, nos dice Regina.
“Es un hijo para nosotros, procuramos que nos acompañe a donde vamos, a veces lo dejo y lo extraño porque tampoco puede ir a todos lados con nosotros y es que una de las razones es que esta raza no puede viajar en avión”, agrega.
Sin embargo, este no ha sido un obstáculo para que “Bolillo” se divierta. Y es que es tan sociable que tiene su club de amigos-perros en el parque y aunque son de diferentes razas, se llevan muy bien, nos comenta divertida.
“Es muy sociable, es fiel aunque un poco intenso, tiene carácter y no suelta las cosas hasta lograrlo, por ejemplo si quiere abrir una puerta no para hasta tirarla, con tal de ver que todo está bien y ya luego se sale”, nos comparte.
Además comenta que le gusta estar en familia y se mete a la cama para ver la televisión con Regina y su esposo Rodolfo Bello.
“Cuando nació mi hija, mi esposo le trajo la mantita que la cubría para que la oliera, porque dicen que de esa forma ‘Bolillo’ iba a entender la integración de Micaela a la familia. Es su perro guardián porque se duerme debajo de la cuna, siempre quiere estar al pendiente de todo. De hecho cuando la bebé lloraba, 'Bolillo' me avisaba”, afirma.
“Es largo, le encanta correr, revolcarse, se siente como del tamaño de un San Bernardo, es entrón con todos los perros. Con mi esposo se cuadra, pero su mamá soy yo. Le encanta jugar con sus huesos y su pelota, tiene una correa y la muerde. Ronca como nadie y con solo acomodarlo deja de hacerlo. Es muy entendido de todo”, dice con orgullo Regina.
