Gente con clase| 22/04/2019 |18:08 |Redacción Clase | Actualizada
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A finales de 2016, Beyoncé supo que tendría mellizos y aunque significó un momento de felicidad, la cantante pasó por varios altibajos durante y después del embarazo, entre ellos subir peso.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La cantante de Single Ladies es muy cuidadosamente con su figura, pero esperar a un par de pequeños no es una tarea fácil; la artista reveló que tras dar a luz pesaba 99 kilos y de inmediato se sometió a un dieta para recuperar su talla.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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En el documental Homecoming, que se estrenó en la plataforma de Netflix este mes, Beyoncé dijo que renunció por un tiempo a los lácteos, carbohidratos y cualquier alimento con azúcar.

“Para llegar a mi metas, me estoy evitando comer pan, carbohidratos, azúcar, lácteos, carne, pescado y alcohol. Tengo hambre”, dijo la artista en el documental que narró.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Básicamente, la intérprete de Crazy in Love, se volvió vegana por un tiempo y solo comía verduras, granos, leguminosas, nueces, frutas y semillas. Confesó que esta estricta implicó mucha presión para ella, pues le pedía a su cuerpo más de lo que podía tolerar con tal de verse bien.

“Definitivamente me presioné más allá de lo que sabía que podía y aprendí una valiosa lección. Nunca, nunca, me presionaré así de nuevo. Me llevó un tiempo sentirme segura conmigo misma para dar todo de mí (…) eso es difícil cuando no te sientes tú mismo”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Sin embargo, mucho antes de que nacieran los mellizos, Rumi y Sir Carter, la cantante se enfrentó a varias complicaciones, ya que durante el periodo de gestación estuvo a punto de perder a uno de sus bebés debido a la preeclamsia y la presión arterial alta, como consecuencia, el corazón de uno de los pequeños se detuvo en dos ocasiones y para salvarlos, a Beyoncé le hicieron una cesárea de emergencia.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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El documental Homecoming, trata sobre la forma en que la cantante de If I were a boy se preparó para su participación en el Coachella, festival de música que reúne a miles de personas anualmente. Por este proyecto, la cantante cobró 60 millones de dólares, cantidad que sirvió para que se involucrara en otras tres producciones más que llevarán su nombre.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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