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A él, los reconocimientos internacionales, los premios ni las medallas lo hicieron perder el piso. Francisco Toledo nació, creció e hizo de México su espacio de creación y arte. Por más que lo persuadieron de quedarse en Europa, nunca quiso alejarse de su natal Oaxaca, estado que lo acunó en el poblado de Juchitán.
Francisco Benjamín López Toledo nació el 17 de julio de 1940 y con el alma rebelde. Alguna vez confesó que que nunca votó y que tampoco tenía credencial de elector, pues no creía en la democracia del país. Fiel creyente de la justicia, el artista plástico luchó contra todo lo que atentara con la cultura y tradiciones del México que tanto amó, por eso, una vez se opuso a que un restaurante de comida rápida se instalara en el centro de la capital de su estado. Y así, el artista zapoteca ganó varias batallas.
Su bondad humana era reconocida por sus amigos y vecinos. Francisco Toledo era, además, filántropo que apoyaba todas las causas artísticas que enaltecieran al ser humano. Y siempre, siempre, vestía igual: con sus pantalones de manta y camisas arremangadas al codo. Nunca se dejó impresionar por las tendencias de moda ni las altas esferas sociales.
Como los antiguos chamanes, parecía que la naturaleza le hablaba. Francisco Toledo fue un incansable defensor de los árboles y de toda la vegetación que la Madre Naturaleza hacía brotar del suelo de su patria. Por ello, muchos de sus dibujos eran animales, como los monos. Aunque también los papalotes en el cielo lo hacían soñar.
De padre zapatero y madre con familia de matanceros, el ceramista Francisco Toledo inició su carrera en el mundo de las artes cuando apenas tenía 14 años en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y cuando cumplió la mayoría de edad, siguió sus estudios en el Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA.
Cabe destacar que el maestro Toledo no terminó la secundaria, incluso, tuvo que cursar dos veces el segundo año.
Francisco Toledo fue papá de tres: del del tatuador conocido como Dr. Lakra (Jerónimo López Ramírez), de Laureana Toledo, fotógrafa de profesión, y de la poeta y cuentista Natalia Toledo.
La última exposición de Francisco Toledo fue “Toledo Ve” en el Museo Nacional de Culturas Popular en la Ciudad de México.
Descanse en paz.