Gente con clase| 03/04/2019 |18:18 |Luisa Serna | Actualizada
18:18
Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio
Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio

Guapa, sonriente y con la mejor vibra es como encuentro a Maki Soler, recién llegada de Miami, lista para platicar con CLASE sobre cómo vive su “separación amistosa”, como lo describe ella, del que ha sido su esposo por 15 años, el actor Juan Soler.

Esta pareja vive el término Conscious Uncoupling que aplica cuando ambas partes se comprometen a actuar de la manera más positiva para la familia al separarse. A ser padres compartidos de los hijos y permanecer en los mejores términos. Ser amigos respetuosos y entender que el amor sigue ahí, aunque transformado.

En todo momento de la sesión de fotos, y durante nuestra entrevista, Maki se muestra tranquila y relajada. Nos confirma lo que ya ha dicho en otras entrevistas: que su separación, anunciada el 27 de noviembre del año pasado, fue de mutuo acuerdo, sin sorpresas y sin terceros. De ahí la paz que tienen y que seguirán teniendo, independientemente de si regresen o no.

Con sinceridad nos dice que desconoce si ella y su aún esposo (con el que se casó en diciembre de 2003 en Acapulco) volverán a estar juntos y, de hacerlo, tendrían que negociar varias cosas, entre ellas, su lugar de residencia.

¿Qué fue lo que pasó entre tú y Juan?

Han pasado cosas como las de cualquier pareja: el desgaste de los años, los hijos, el día a día. El paso (que dimos) fue más por una cuestión de educación. La educación que me dieron en mi casa, tus valores, qué es lo que quieres que el mundo sepa de ti, que no, a quién le cuentas, con quién abres tu corazón. Pero, sobre todo, respeto porque estamos hablando de que tenemos dos niñas que se merecen todo mi respeto, y Juan también. Es una persona que, a pesar de que ahora estamos viviendo un etapa de reacomodo, de distancia, de separación, es un hombre que yo admiro y es el papá de mis hijas. Me ha dado mucha felicidad a mi vida. El mundo va cambiando y son como reajustes.

¿Cómo fue que empezaron los problemas en su relación?

Me regresé a vivir a México con Juan y con las niñas. Llevábamos nueve meses viviendo aquí y me llamaron para hacer una novela en Miami. En el fondo de mi corazón, y la realidad, es que yo extrañaba mucho. No la gente, sino el entorno. Me gustaba mucho el deporte, salir a caminar, extrañaba el mar. Parecen tonterías, pero no, aquí me empecé a apagar en cierta forma. Me hablan para hacer la novela en Estados Unidos y duraba cuatro meses, el verano de aquí. Dije: “Perfecto, me voy y rento una casita por cuatro meses”. Juan estaba grabando aquí y las cosas entre nosotros no estaban bien. Lo tomé como un aire para pensar y ver cómo seguimos y Juan se molestó por la decisión que tomé. Cuando le comenté a las niñas que me iba, ellas se quisieron ir conmigo porque me dijeron que Juan grababa todo el día y yo no iba a estar. Entonces me las llevé y las niñas eran felices, andaban en bicicleta y allá hicieron su escuela. Juan me dijo que nos quedáramos allá y ahí empezó una bola de nieve. Esto fue hace dos años. Todo se fue acomodando para que me quedara allá o yo quise que todo se acomodara. Pensé que Juan volvería a vivir a Miami, pero eso no sucedió.

Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio
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Maki nos cuenta su historia de amor con Juan

Yo estudiaba en el CEA, en un grupo especial de chavas que estudiábamos y trabajábamos, y mi grupo era de Mayrín Villanueva, Laisha Wilkins, y Adriana Fonseca. Un día yo estaba con mi novio y me llama Adri y me dice: “Me voy a ir con mi novio Juan a Veracruz, ¿me podrías cuidar a mi perrito?”. Y le dije que sí. Llega mi amiga a dejar a su perrito y ahí me presenta a Juan, pero si me hubieran dicho que él sería mi marido no lo creo.

Como yo soy de la capital de Argentina y él de la provincia, somos muy diferentes. Pasa lo mismo que aquí. Pero yo le caía bastante mal, yo era bastante porteña, y un poco de esas argentinas que no tenía modales. Yo me subía a un elevador y no saludaba, pero porque así estaba acostumbrada. Hasta que vi cómo eran las cosas y fui aprendiendo.

Me lo cruzaba en Televisa y siempre fue muy serio conmigo; además de que no se me hizo guapo cuando lo conocí. Yo soy de hombres morenos, no me gustan los güeros.

Pasaron muchos años. Adri y él terminaron su relación y un día vino mi mamá a visitarme y estaban también los papás de Juan. Se los presenté y nos invitaron a un asado en su casa.

Llegamos a su casa y él llevo a su novia. Le dije a mi mamá: “Mira mamá tiene novia, nada que ver conmigo”, pero ahí hicimos clic. Al otro día cortó a la novia y dijo: “Con esta mujer me voy a casar”.

Empezamos a salir y los tres días me fui a vivir con él. Los dos solos, argentinos, artistas y me resultó muy fácil porque él me vio como una chava bien. Nos casamos, me retiré de las cámaras porque tuve a mis hijas y siempre fue prioridad mi familia y lo sigue siendo. Esa es la clave del éxito.

Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio
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Pocas veces una pareja que pertenece al medio artístico es tan sincera sobre lo que está pasando en su relación. Y es que Maki y Juan no viven juntos, pero tampoco han tomado la decisión de divorciarse o no. Están en un momento de reflexión, de pensar qué quieren para su futuro, tanto de manera individual como familiar. Lo que Maki transmite en todo momento es el gran cariño que siente por él y lo agradecida que está de haberlo conocido y tener una familia a su lado. Para ella lo más importante siempre será la familia y sabe que por ello Juan y ella siempre estarán relacionados por el bien de sus hijas.

¿Hay posibilidades de que regresen como pareja?

Yo pienso que sí, sobre todo por la parte sentimental, pero cuando veo mi vida y la de él lo dudo porque no sé si empaten. Tendríamos que negociarlo, es como una sociedad que se rompió, pero no por falta de amor. Se rompió porque cada quien está jalando para su lado. Tendríamos que negociar cómo vamos a vivir porque a mí tampoco me gusta estar sola en Miami. Mis niñas tienen 12 y 14 años y la grande me dice que la deje encargada con alguien allá. Ella se junta con sus amigas, se va a la playa y tiene calidad de vida. Ni yo tuve eso y me mata quitarles eso.

Cuando ponen en pausa su relación, ¿lo hicieron en armonía y con respeto?

Somos una tribu, yo pienso así. No sé que vaya a pasar el día de mañana, pero la balanza siempre tira para la familia. No quiero decir que voy a regresar mañana, pero en el caso de que no regresáramos, y él tuviera una novia, yo jamás saldría a hablar mal de ella. Nunca. Será ella quien va a vivir con mis hijas y va a contar con todo mi apoyo y si ella tiene hijos me los voy a jalar para mi lado porque van a convivir con mis hijas.

¿Volverías a vivir en México?

La realidad es que nuestra familia está en Argentina. Yo amo México y, si no tuviera hijos, viviría aquí porque lo tienes todo: museos, restaurantes, mis mejores amigas... Son como mi mamá, de tiempo completo. Yo en realidad estoy allá porque creo que es lo mejor para mis niñas.

ASÍ HAN MANEJADO LA SEPARACIÓN

Para Maki y Juan lo más importante en sus vidas son sus hijas Mía y Azul, de 14 y 12 años respectivamente. Por ambas es que ella se quedó a vivir en Miami, pues nos dice que las ve felices allá y que no se quieren regresar a México. Además fue por ellas que Maki dejó su carrera como actriz de novelas, recordemos que actuó en producciones como El juego de la vida, y se enfocó felizmente en su familia.

Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio
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¿Cómo han tratado el tema del distanciamiento como pareja con sus hijas?

Así, con la verdad. Me preguntan si estoy con papá o no y les digo: “No sé. A veces sí y a veces no”. Y te aguantas y si te traumas vas al psicólogo. ¿Qué les puedo decir? No les mentiría. No les diría algo que las dañe. “¿Oye mamá y el día de mañana si mi papá tiene novia?” Pues les digo que la tienen que tratar bien y ser lindas con ella, pero no sé si lleguemos a ese punto. Pero si llegáramos seríamos esta tribu. Tengo amigas que viven así y son felices. Mis papás, por ejemplo, no se hablaron en 30 años y yo no les haría algo así a mis hijas.

Juan viene de una familia más estructurada, de familia y hermanos. Y yo hija única psicoanalizada, con un papá que no cree en Dios ni en nada, empresarios con otro chip. Me pasaba que él no me entendía porque veníamos con otro rollo. No soy tan simple y tan sencilla y yo no le haría esto a mis hijas. Los dos tenemos cosas que reprocharnos, pero no cosas serias. Juan en un programa dijo: “Mi todavía esposa”. Mi vida. Aparte se puso guapo, se fue al gimnasio y no sabes el cuerpo que trae, se volvió deportista. ¿Qué onda? ¿En qué momento? Le sirvió mucho.

Exclusiva: Maki Soler rompe el silencio
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¿Juan las sigue visitando en Miami?

Sí, él sigue yendo y nos quedamos en la misma casa, solo que cada quien por su lado. Hacemos planes juntos porque me cae muy bien, no le tengo ningún resentimiento porque no hubo terceros, no hay motivos. Son como varias cositas que a veces las mujeres no nos damos cuenta por no pelear, porque así te educaron, para no buscar problemas. Y mejor te callas y te vas guardando cositas y un día estás harta y no lo aguantas ni cómo respira, pero es que estuviste 15 años sin decir lo que sientes.

Sus fans están consternados por verlos separados…

Les pido paciencia, nada está escrito. Sobre todo no se crean eso de la pareja perfecta. ¿El ejemplo? No hay ejemplos, tú vives tu vida como tú puedes. Mi parte oscura no se la voy a mostrar a nadie y todos la tenemos. Todos. Un matrimonio moderno es muy difícil porque con las redes sociales todo el mundo tiene acceso a ti, estás viendo la vida de todo el mundo y tienes que ser súper mamá, guapa, en forma, trabajadora. Es mucha la exigencia. Ves tantas cosas que tu también quieres marido, novio, familia y eso es lo que nos está pasando como sociedad: no te conformas con tener a tu marido y la familia, sino que te preocupas por el like que te alborota a salir de casa, al ver que tienes a cinco chicos que te ponen like y que son partidazos. Es una tontería, pero nos está pasando como sociedad. Esa no es mi razón por la que yo me separé de Juan, pero es lo que le está pasando a mucha gente y te marea. Lo más padre es que, ayer que hablé con Juan, dijimos que seguiremos trabajando cada quien en lo individual. Porque también lo que nos pasó es que éramos muy codependientes el uno del otro, no hacíamos nada solos y te vas perdiendo como persona. Él es un deportista y se está reencontrando, igual que yo. Me estoy reencontrando con mis raíces judías y eso me fortalece. Aquí medio me perdí con eso de que cámbiate el apellido, una sociedad súper católica, actriz que nada qué ver con mi familia y como que me hice solita de la nada. Me estoy reencontrando y eso me está ayudando a ser una mejor una versión de mí. No sabemos qué va a pasar, pero mientras eso suceda, respetarnos y amarnos. Yo soy alguien que lo va a amar toda la vida, llegue quien llegue. Me dio a mis hijas, entre otras cosas más divertidas.

Si quisieras una pareja ¿qué buscarías en él?

Buscaría un novio, no un papá para mis hijas. Ya no buscaría alguien para formar una familia. Alguien con quien pasarla bien, viajar, divertirme, que me ame, me quiera, me respete y me hable en la mañana, tarde y noche.

¿Qué le dirías a Juan en estos momentos?

Gracias, toda la vida. Me siento muy afortunada de tenerlo en mi vida. No es como mi mejor amigo porque no le puedo contar todas mis cosas, pero sí es mi apoyo eterno y somos un equipo.

¿Confías en el destino?

Mucho. Yo siempre pienso que si no es Juan es porque va a llegar algo que me va a llenar y me va a hacer mejor. Y sí sí es Juan voy a seguir con él. Lo que sea, va a ser lo que es.

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