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Fiel a su cometido de convertirse en el hotel de origen estadounidense más castizo de todos, el Thompson Madrid ofreció una gran fiesta de inauguración: El Sarao – termino de origen gallego para nombrar una fiesta nocturna– que reunió a algunos de los personajes más icónicos y trendsetters de la industria del cine, la música, el arte y la moda española. Los invitados fueron recibidos con una copa de champán y un plano diseñado expresamente para la fiesta de inauguración. A partir de ahí, las experiencias que se fueron sucediendo confirmaron que en el interior del hotel siempre hay lugar para las sorpresas.
Si el objetivo de la gran fiesta de inauguración de este nuevo Titán de la hospitaliudad en el centro de Madrid, fue hacer sentir a los presentes como estrellas de cine y dignos invitados a una de las aperturas más exclusivas y esperadas de la capital española, la misión se puede dar por cumplida.
Al abrirse las puertas del elevador del séptimo piso, un pasillo laberíntico conducía a tres habitaciones con experiencias fantásticas. Desde un set de moda con una maquilladora profesional y una estilista que completaban la ilusión de estar en medio de un shooting day a punto de protagonizar la tapa de una revista de moda internacional, hasta dar acceso a una tina llena de centenares de pelotas a manera de burbujas, todo en esta fiesta estuvo dispuesto para los más exigentes.
Otra experiencia se montó en la habitación contigua. Una guerra de almohadas en una habitación completamente teñida de blanco por los millones de plumas que ocuparon el espacio, pasando, incluso, por un puesto con dos tatuadores que inmortalizaron diseños relacionados con Madrid y la de este nuevo hotspot imperdible en la ciudad.
Incluso un tarotista fue ubicado en un misteriosos rincón de la séptima planta para deleite de la fila de invitados interesados en conocer las predicciones de los astros sobre su futuro.
El Sarao continuó en el cuarto piso del edificio, donde los invitados pudieron disfrutar de las delicias que se sirvieron durante el cóctel. El catering de La Ancha –grupo al mando de toda la parte gastronómica del hotel– ofreció creaciones como Navajas gratinadas, Sándwiches de Carrillera con Trufa, Tartar Crujiente de Gamba y Bocados de Pollo con Cheddar. Todo ello, acompañado de los mejores vinos y cócteles al tiempo que los beats de DJ Álvaro Naive le ponían energía al ambiente.
De pronto, tres bailarines del Ballet Nacional ocuparon la pista con un espectáculo de flamenco al tiempo que las capas con vuelo robaban miradas haciendo una declaración de la colaboración en exclusiva de la casa de moda Oteyza para el hotel Thompson Madrid. La noche culminó con la pareja de DJs Mëstiza Music, que pusieron las últimas notas de música a una fiesta que se ha quedado clavada en el imaginario madrileño como la confirmación de que en este hotel todo se hace al menos fantástico y para arriba.