The Bright Side| 10/11/2016 |18:04 |The Bright Side | Actualizada
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¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo y presupuesto le inviertes a tu físico?, ¿cuánto gastas en cosas que tal vez ni necesitas?, ¿cuántas horas al día pasas trabajando? ¿Te das un espacio para tu crecimiento personal?

Estamos viviendo una época en la que las apariencias parecerían ser lo más importante en una persona, cómo se ve, cuánto tiene es igual a cuánto vale. Claro que es importante destinar parte de tu tiempo y dinero en verte bien y en obtener tu sustento. ¿Pero en serio tanto? Creo que muchas veces ni siquiera estamos conscientes de esto, simplemente lo hacemos en automático porque estamos expuestos a muchos mensajes que nos señalan que esto es la vida. Sin embargo, no todo es comprar y tener el cuerpo perfecto y trabajar como locos.

Desgraciadamente cuando la vida nos da un golpe es cuando recordamos que hay asuntos más importantes que atender y nuestros valores cambian hacia otro lado. El tema es que muchas veces no estamos preparados, el dolor es muy fuerte y salir adelante nos cuesta mucho. Y es entonces cuando empezamos a buscar otras opciones que realmente nos hagan sentir plenos y cuando verdaderamente contactamos con quiénes somos. Ahora, el chiste es no esperarnos a que las situaciones nos den un vuelco para empezar nuestro trabajo personal. Hay que iniciar desde antes, cuando nos sentimos bien.

El invertir en nuestro crecimiento como personas es como abrir una cuenta de ahorros y vivir de los intereses y que cuando necesitemos del capital, podamos recurrir a nuestros ‘fondos’ con la tranquilidad de saber que ahí están. Estoy convencida de que el monto que gastamos en cosas que no nos sirven es directamente proporcional al vacío emocional que sentimos.

Creemos que con unos zapatos o una bolsa se nos va a quitar la tristeza por una relación perdida, y que con un coche último modelo vamos a ser más populares. Y no es así.

Tristemente todo eso pasa de moda, envejecemos y siempre habrá alguien más guapo, más rico y más joven… En cambio, todo lo que acumulas en experiencias, en conciencia de quién eres y en responsabilizarte de tu propia vida, son activos que crecen y nunca se acaban.

Te invito a que reflexiones en dónde estás poniendo toda tu energía y que te arriesgues a invertir en lo único que te va a acompañar hasta el día en que mueras: en ti mismo. Escoge el camino con el que te sientas más identificad@, busca, aprende, estudia… Te aseguro que los frutos los verás en un tiempo más corto del que esperabas y que los rendimientos serán los más grandes de tu vida.