Gente con clase| 12/05/2016 |17:06 |Texto: Mariana Muñoz / Fotos: Alex Saldaña | Actualizada
17:06

En la acogedora sala de su casa, Susana Harp nos recibió para compartirnos que está en una etapa de fiesta, pues cumple 20 años de carrera, que celebrará  mañana (13 de mayo) con  un concierto en el Plaza Condesa, y promete un recorrido por los discos que ha grabado a lo largo de su trayectoria, desde cómo comenzó su gusto por la música, cuando era pequeña y vivía en Oaxaca, hasta lo que tuvo que pasar al mudarse a la Ciudad de México, donde vivió algunas carencias. También nos habló de su relación con uno de los hombres más acaudalados del país, Alfredo Harp Helú, su primo, y con quien comparte una de sus más grandes pasiones: la filantropía.

Susana, mañana tendrás un concierto en el Plaza Condesa, por tu 20 aniversario.

Vamos a hacer un recorrido por todos estos años a partir de que grabé mi primer disco en 1996, tiempo en el que realicé 11 producciones, haré cosas con el grupo que normalmente me acompaña, que es acústico, vendrá una banda filarmónica de las tradicionales de Oaxaca y mostraremos tanto la parte más contemporánea de las fusiones que he hecho, como la totalmente tradicional que es con la banda.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Te sientes nerviosa por presentar un concierto tan especial?

Producir un concierto es todo un reto, como artista independiente hago prácticamente todo, no hay una empresa atrás que te soporte. Te voy a ser sincera, yo no soy dada a festejar ni mi cumpleaños, así que me estoy dando este regalo, pues finalmente ha sido todo un desafío sobrevivir en tanto tiempo.

Este es un buen momento para mirar atrás, ¿qué te hizo incursionar en el  arte?

La música siempre fue algo muy cercano, cuando tienes la posibilidad de desarrollarte en un entorno como Oaxaca, hay cosas que son tan naturales como la cultura, pues surge por todos lados, simplemente tienes que salir a caminar y te puedes topar con miles de cosas, la fiesta siempre ocurre ahí en torno a lo cultural. Mi abuelo, del lado de mi madre, era historiador y escritor, Jorge Fernando Iturribarría, con quien era todo un ritual escuchar música clásica en su casa, así que yo sabía que si iba con él era porque me tenía que callar, sentarme y escuchar. Mi madre es pianista y aunque no ejerció por tener una  familia, en casa nunca faltaba una melodía que tocara ella.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

Rodeada de todas las tradiciones y la cultura de Oaxaca, ¿en qué momento decidiste radicar en la Ciudad de México?

Lo hice a los 22 años, después de que terminé la licenciatura, cuando entendí que efectivamente la música es una carrera formal y me quedó claro que lo que estaba buscando no lo podía encontrar en Oaxaca, debido a que ahí había clases de canto clásico y quería probar suerte, pero sobre todo encontrar otras alternativas. Aquí ya llevo prácticamente la mitad de mi vida, aunque claro que paso mucho de mi tiempo también en Oaxaca. Voy y vengo, sin embargo, debía tener una base aquí para poder tener un proyecto como el que deseaba.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Cuál fue tu licenciatura?

Estudié Psicología y después de llegar a la Ciudad de México, me tardé seis años en dedicarme a la música, es por eso que en ese tiempo trabajé como psicóloga, en cosas de capacitación y desarrollo humano, pues lo que me ofrecían en música eran cosas que no me gustaban, como entrar a grupos de fiestas, eso no era lo que estaba buscando. Lo que yo quería era algo más íntimo y cultural, aunque claro que seguí tomando clases y llevando a cabo uno que otro proyecto musical, pero con eso no podía pagarme una renta, ni vivir de eso, eran cosas esporádicas, tanto que hasta me dio tiempo de aventarme una maestría y especializarme, le veía pocas posibilidades de dedicarme a hacer lo que en realidad deseaba.

Entonces, ¿cuándo fue que te dedicaste de lleno a la música?

Fue muy chistoso porque, estando en trabajos comunitarios y asociaciones civiles, lo cual fue mi otro mundo por mucho tiempo, me ofrecieron hacer un disco. Hubo una tertulia totalmente informal por parte de una de las fundaciones, en la que por ahí había una guitarra y me puse a cantar “La Llorona” en zapoteco y en español, después de eso me ofrecieron que hiciera mi grabación, que para mí fue casi como una burla, ya que yo ya estaba muy alejada de ese sueño, incluso estaba por empezar a estudiar mi doctorado. Sin embargo, lo sentí como un regalo a mi terquedad y lo acepté, la sorpresa de mi vida fue que después de haber sacado sólo mil discos, se fueron colando y de una forma mágica se fue abriendo un camino que yo pensé que ya estaba cerrado.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

Cuando decidiste irte por el camino del arte, ¿qué te dijo tu familia?

Al principio ¡les saqué canas verdes a mis papás! porque ellos sabían que yo me venía a la Ciudad de México a buscar una oportunidad en la música y se quedaron muy sorprendidos por mi decisión, y estaban bastante tranquilos al ver que yo seguía en el área de desarrollo humano porque no encontraba algo con la música, pero cuando saqué mi primer disco y entendieron que lo que estaba haciendo era algo totalmente cultural, se calmó su corazón. No tengo idea de qué pensaban sobre lo que quería hacer y la verdad es que como soy la más chica de seis hermanos, agarré a mis papás un poco cansados, por lo que finalmente siempre hice mi santa voluntad aunque claro, pagué el precio.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿O sea que tardaron en aceptar tu sueño?

Sí, de hecho creo que nunca se los dije pero estuve a punto de no invitarlos a la presentación de mi primer disco, por el dolor que yo sentía de que ellos no querían que hiciera algo en el arte. Estaba un poco rencorosa en ese sentido. Pero al final, claro que fueron, no pasó nada y todo se calmó.

¿Tuviste miedo de convertirte en la “oveja negra” de la familia, por así decirlo, al darles a conocer tu decisión?

Es que esas cosas no se planean, siempre fui diferente, tomé riesgos que otras personas de mi familia no tomaron y ni siquiera lo hice por retar a mis papás, o su  autoridad. De verdad era una necesidad mía y siempre lo viví así. Traté de llevar siempre la fiesta en paz porque no había ningún pleito, era lo que tenía que ser y sí tengo la fortaleza de pararme en medio de la nada y empezar desde cero. Además, cuando se tiene 22 años, no te da miedo nada y tienes la energía suficiente para hacerlo.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Fue difícil llegar sola a la Ciudad de México?

Fue muy difícil, los primeros dos años fueron horribles, de comer papas, atún y a ver qué más se podía, vivía en un cuarto de azotea y dobleteaba en trabajos de Psicología para poder mantenerme. Además yo estaba acostumbrada a que en Oaxaca, como en cualquier otro lugar de provincia, cuando llega un amigo de visita, lo arropan, le dan una bienvenida cálida y en este sentido, yo llegué a la ciudad y le hablé a la gente que conocía y no me dio esa bienvenida. Entendí que no tuve el recibimiento esperado, no porque fueran lejanos, sino porque así es aquí y fue un balde de agua fría.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Le contabas a tu familia sobre las carencias que vivías en la ciudad?

Para nada, de mi boca nunca salió una palabra, porque además era mi decisión y ellos siempre nos educaron en la congruencia. Ahora que veo hacia atrás tampoco creo que la haya sufrido tanto, pues para eso tenía 22 años, para tener una aventura, claro que ¡ahora me la pensaría de vivir en un cuarto de azotea!

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

Vienes de una importante familia en México, así que nadie se podría imaginar que tuviste que vivir tantas dificultades.

Es que ahí hay una gran confusión, mi padre y mi madre son personas trabajadoras de toda la vida, ellos no forjaron ninguna gran fortuna, todos mis hermanos y yo hicimos la licenciatura con beca y estamos muy acostumbrados al trabajo de compromiso, yo no podía bajar del promedio de 9.5 porque me quitaban la beca. Aunque claro que hay un sector de mi familia, a la que le ha ido increíble en la parte económica, que básicamente es Alfredo Harp, pero él es mi primo.

¿Cómo es tu relación con él?

Nos queremos mucho y desde hace muchos años que él se fue a vivir a Oaxaca, la relación ha sido muchísimo más cercana, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Él te ha apoyado en tu carrera?

Claro, han habido muchas cosas en las que me ha apoyado, por ejemplo con la Asociación Cultural Xquenda, la cual fundé y dirijo desde hace 18 años, siempre que hay un proyecto que tiene que ver con comunidades indígenas, él se muestra como el más solidario conmigo. Y también hubo otros momentos en que sentí su apoyo, como cuando hice mi primer disco y le agradezco muchísimo, pero mucha gente da por hecho que es gracias a él que tengo mi carrera, lo cual no es así. También creo que él respeta mucho lo que hacemos porque confía que el otro también puede salir adelante por sus propios medios, entonces me siento muy orgullosa de saber que yo también he forjado mi pequeño camino a pie.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Cómo te sientes de pertenecer a una familia tan reconocida?

Me siento muy orgullosa de mi familia de ambos lados, tanto de los Harp como de los Iturribarría, mi padre, mi tío Alfredo y todos ellos llegaron desde muy chiquitos del Líbano, y mi tío murió cuando mi primo Alfredo Harp Helú tenía apenas dos años, lo cual quiere decir que él se ha forjado a pie, cosa que yo le reconozco, admiro lo que ha hecho y la fortuna que tiene, pero sobre todo, lo afortunados que somos todos los de junto, incluído Oaxaca, porque él comparte esa riqueza, no conozco a un ser más compartido y generoso que él, a través de su fundación, que es enorme.

¿Conservas tradiciones libanesas?

Fíjate que no, ellos se mimetizaron rápidamente, inclusive mis abuelos paternos iban a las mismas misas que los maternos, entonces nunca hubo una separación de costumbres, ni de nada y aunque quizá su comida sí la seguían preparando aún estando en Oaxaca, mi abuela paterna iba al mismo mercado que la otra, sólo que en vez de comprar carne de cerdo o pollo para hacer un molito, adquiría cordero para hacer kepi. En cuanto a fiestas, era demasiada pequeña la comunidad libanesa en ese estado como para organizarse, como lo hacen aquí en la ciudad.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

Platícame de tu otra pasión que es el altruismo, al que te dedicas desde chiquita.

En Oaxaca hay una tradición que se llama “Tequio” que es un trabajo colectivo en las comunidades, el cual es muy natural y nadie te da una estrellita por haberlo hecho. Oaxaca siendo uno de los estados más pobres, económicamente hablando, sobrevive precisamente por esa gran unidad de la gente, es como un ejercicio comunitario, es una red que se hace siempre y es muy normal, así fue como viví y como crecí.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Es justo esta tradición y educación la que le has inculcado a tu hijo?

Sí, yo espero que sí. Las cosas no se roban, se heredan y son situaciones que no te dicen, es como la sazón cuando cocinas, se aprende por vivencia, así que yo espero que él lo haya aprendido igual que yo.

Como madre, ¿cómo te ha ido?

Yo creo que muy bien, pues es un gran regalo tener a Emiliano, es un gran maestro de vida, de hecho si me preguntaras cuál es el parteaguas en mi vida, te diría que es antes y después de él. Todos los títulos de licenciatura, maestría, doctorado y los números de discos que he hecho claro que son retos importantes, muy gozosos, pero nada se compara con mi hijo. Bueno, de hecho han sido dos parteaguas en mi vida, uno es Emiliano y el otro es la muerte de mi papá, es cuando como ser humano entiendes el gran devenir de la vida, lo veo como el gran inicio y el gran final de seres entrañables y muy cercanos.

Susana Harp nos abrió las puertas de su casa
Susana Harp nos abrió las puertas de su casa

¿Qué tan difícil ha sido darte a conocer en el ámbito musical y al mismo tiempo llevar una familia?

Yo estoy separada del papá de mi hijo y, efectivamente, no fue nada fácil de hecho, fue muy complicado. Aunque la relación entre nosotros es muy sana, no es fácil llevar la carrera y un matrimonio al mismo tiempo.

Al terminar la entrevista, la artista nos dio un recorrido por las fotografías de sus familiares que tiene atesoradas en espacios especiales de su casa, donde guarda imágenes de sus abuelos, de su adorado padre Antonio Harp,  quien falleció hace unos años, cuya pérdida significó un gran dolor para Susana y de su madre, quien ha sido su ejemplo y admiración. Sencilla y cordial, como se caracteriza la cantante, nos acompañó hasta la puerta de salida para despedirnos luego de la amena charla que tuvimos.