Foodie con Clase| 25/02/2016 |11:51 |Foodie con Clase | Actualizada
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La costumbre de empanizar la comida podría tener orígenes muy remotos. Pero se sabe que se popularizó durante el Barroco tardío. El arte de la abundancia y la sofisticación no solo quedó plasmado en la arquitectura, la pintura, la literatura o la música, sino que también logró infiltrarse al maravilloso mundo de la gastronomía. Suntuosamente Europa se cubrió de oro. Los pisos, paredes, techos… y hasta la comida. Como se podrán imaginar, un método insípido que resulta sumamente caro. Los chefs de la época, no tardaron en encontrar un procedimiento “pirata”. Algo que fuera un poco más gustoso, barato y accesible. Aunque actualmente existe la hoja de oro en la decoración repostera, resulta imposible digerir una carne “chapeada”. Resultaría hasta tóxico. Sin embargo, los expertos en la cocina consiguieron rápidamente simular su brillo con una mezcla de huevo, pan seco rallado y mantequilla.

Su origen es incierto, como muchas historias de recetas. Austria e Italia debaten su autoría. Alemania también, pero viene todo junto con pegado. ¿Viena o Milán? ¿Winer Schnitzel (filete a la Vienesa del alemán Wien) o milanesa?.

En pocas palabras, todo fue causado por Napoleón Bonaparte. Tras la derrota del Imperio Napoleónico, el Congreso de Viena decide que Austria recupere Lombardía… cuya capital era Milán. Se pueden imaginar el resto de la historia: todos tenían la costumbre de comer carne empanizada.

Desde mi perspectiva, la comida empanizada es símbolo de migración. Solo basta voltear a ver a los nuggets. Un platillo que Robert C. Baker, profesor de tecnología de los alimentos de la Universidad Cornell, se atrevió a simplificar. El pollo frito se convirtió en un alimento básico por su buena conservación en el sur de Estados Unidos.

Con la propagación de las civilizaciones, la proliferación de las cadenas de restaurantes de comida rápida, se hizo muy popular. Una fuente de proteína barata, mucho más accesible a toda la población en vías de adaptación.

Un platillo, que entre muchas otras cosas, es el alimento preferido de los niños. ¡No el de los papás! Pero ¿qué tal una milanesa y unas papas a la francesa?… ¡Esa es otra historia!

Te invito a que salgas en familia a disfrutar de las mejores milanesas:

CAROLO: Prueba la milanesa Carolo que es de Rib Eye (o costilla de ternera) sobre una cama de frijol con chile morita. Va gratinada y lleva su aguacate y cebollita morada. carolo.com.mx

J&G Grill (St. Regis)  La milanesa de nuez de Ternera empanizada con panko y lleva una deliciosa ensalada de arúgula y arándano. Paseo de la Reforma 439, Teléfono: 5228 1935