El príncipe Ernesto Augusto de Hannover vendió el castillo de Marienburg, la residencia oficial de la dinastía, pues los costos de mantenimiento del palacio eran muy altos.
El heredero de los Hannover tardó 14 años en decidir qué haría con el histórico edificio. Desde el 2004, cuando se convirtió en el jefe de la casa Güelfa, la dinastía más noble de Alemania, el príncipe tuvo que enfrentar el costo de evitar que el lugar donde celebró su boda quedara completamente arruinado.
El joven de 35 años declaró que tras meditarlo mucho, vendió el castillo a la empresa LIemak Inmobilien, una filial de Klosterkammer, el gobierno regional de Hannover, para que el edificio y todos los muebles que alberga puedan conservarse para el público.
De acuerdo en diario El País, los costos de renovación son de casi 30 millones de euros, pero algunos expertos aseguran que el costo podría duplicarse.
El príncipe vendió en un euro el castillo tras admitir que su manutención estaba afectando su fortuna personal, aunque había vendido tesoros artísticos para tener liquidez y renovar una torre completamente deteriorada.
El gobierno alemán informó que como parte de la conservación del palacio de Marienburg se creará una fundación cultural para administrar unas 1700 obras de arte que se albergan en el castillo.
El príncipe Ernesto Augusto presidirá la fundación de tal forma que la familia Hannover no dejará de estar presente.