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Lewis Hamilton tiene 33 años y recién igualó la marca del argentino Juan Manuel Fangio, quien en la década de los años 50 conquistó cinco títulos, pero eso no lo único que ha logrado el británico.
Hamilton es el segundo piloto más joven en ganar un campeonato: en 2008, a los 23 años, 9 meses y 26 días impuso la marca sólo superada por la estrella de Ferrari, Sebastian Vettel, que batió el récord en 2010 al ganar con 23 años, 4 meses y 11 días.
Sin embargo, Lewis siempre ha sido un prodigio detrás de un volante desde que era un niño. Nació un 7 de enero de 1985 en Hertfordshire, Inglaterra, hijo de la británica Carmen Lockhart y un migrante de la isla caribeña de Granada, Anthony Hamilton.
Su padre, quien había dejado su país natal para buscar una vida mejor, se separó de su madre cuando él era un bebé y se volvió a casar cuando Lewis tenía dos años.
A los seis años, Anthony le compró un auto teledirigido con el que entró a competencias. A los 12 años, Lewis se mudó con su papá y su madrastra Linda.
Del segundo matrimonio de su padre nació su hermano Nicholas, quien tiene parálisis cerebral y a quien el piloto dedicó desde pequeños todo su amor y apoyo.
Desde los ocho años, Lewis sabía que su sueño era competir en la Fórmula 1, por lo que su Anthony ahorró durante meses y finalmente le compró un kart. Su padre trabajaba hasta 12 horas en los ferrocarriles ingleses y por las noches iba a la escuela.
Lewis combinaba sus carreras con los estudios en la escuela católica John Henry Newman, donde destacó como futbolista e incluso fue compañero en el equipo escolar del hoy seleccionado británico Ashley Young.
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En esa época, Lewis fue víctima de bullying por su color de piel, sin embargo, su padre le inscribió en otras actividades deportivas que a la larga le dieron el respeto de sus compañeros.
Comenzó a competir desde 1993, y su padre prometió apoyarlo mientras no descuidara la escuela. En 1995 ganó su primer campeonato, su padre, afirmó que justo en esa época, el color de piel de Lewis no le ayudó a tener patrocinadores.
Sin embargo, su suerte cambió en 1998 cuando McLaren y Mercedes-Benz le contrataron en el Young Driver Support Programme, desde entonces, el gigante detrás de McLaren, Ron Denis, ha apadrinado su carrera deportiva.
Ese fichaje en el programa de los jóvenes conductores de McLaren fue un récord, ya que fue la persona más joven en unirse y en 2000 rindió frutos: se alzó como campeón europeo de karts.
En 2001 se inició en el Winter Series de la Fórmula Renault, quedó en quinta posición, tercer lugar en su segundo año y para el tercer campeonato que compitió se alzó con el título.
Entre 2004 y 2005 corrió en la F-3 Euroseries y se proclamó campeón en su segunda temporada. En 2006, dio el salto a GP2, el paso previo para llegar a Fórmula 1. No hay división en la que Hamilton no se levante como campeón en su meteórica carrera, así que en su debut en GP2 se alzó campeón.
Ese fue el triunfo decisivo para que Dennis, tras 12 años de conocerlo, le diera un lugar en la F1 con McLaren. En 2007, se volvió compañero de escudería otro campeón de las pistas, Fernando Alonso.
Aunque hizo una gran campaña, sus diferencias con Alonso y sumado a su inexperiencia lo hicieron quedar subcampeón en la última carrera. Ese año, el ganador fue Kimi Räikkönen.
En 2008, a los 23 años, se convirtió en la persona más joven en ganar un premio de F1, récord que mantuvo hasta 2010, cuando Sebastian Vettel impuso una nueva marca.
En 2013 dejó McLaren para correr con Mercedes, y ha llevado a su escudería al campeonato en 2014, 2015, 2017 y ahora en 2018, con convierte en un histórico bicampeón. Fue subcampeón en 2016.
Sobre él sabemos que es amante de los autos de lujo, lanzó esta semana una colección de ropa en conjunto con Tommy Hilfiger y se le relaciona sentimentalmente con Nicky Minaj.
La carrera de Lewis es fruto del esfuerzo y dedicación de muchos años, pero también de aquellos que vieron el talento de un niño prodigio
del automovilismo y que lo ayudaron a pulirlo.