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El amor que Aranza Slim siente por los caballos le nació desde muy niña,pues toda su vida ha estado rodeada de estos nobles seres, en los que ha encontrado una de sus más grandes pasiones: el salto a caballo. “Tenemos un rancho, y cada vez que íbamos me escapaba a caballo, ¡siempre! Pero escapadas sin permiso”, nos confesó la artista con una gran sonrisa.
Ella cree que su amor por estos animales lo heredó de su papá, pues él también era un apasionado de este deporte y fue el responsable de que Aranza y sus hermanos empezaran a competir.
La artista ha hecho 23 esculturas de caballos a lo largo de su carrera, las cuales conforman su colección. Uno de los caballos más significativos para ella es 'Santander', su caballo gigante, con el que compitió por varios años y con quien ganó muchísimos premios. Para mala suerte de 'Santander', el caballo se rompió una pata. “Lo tuve que sacrificar y lo disequé. Por el gran amor que le tenía me dije: ‘Voy a hacer un gran trofeo de él ’y lo tengo puesto en mi casa. Se ve espectacular”, confesó la jinete llena de orgullo y, claro, no dudamos que se vea increíble, además de impresionante.
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Hace nueve años Aranza comenzó a esculpir pero, para nuestra sorpresa, comenzó esculpiendo relieves, desnudos y flamencas, porque también le encantan las flamencas. “De hecho tomé varios cursos, talleres, e incluso tomé clases de artesanía al principio. Hacía todo menos caballos, porque para mí un caballo era algo espectacular que yo no podía hacer ”nos dijo.
Fue hasta tiempo después, cuando tomó clases con Ernesto Milanés, un escultor cubano a quien le confesó el gran amor hacia estos animales, que hizo su primer caballo, aunque a la artista no le agradó mucho. “Cuando hicimos el primer caballo que era inmenso, yo quería algo loco, modernista; y pues me salió medio rústico,porque finalmente se vio un poco más la influencia de él en mi caballo. Era tan grande que le dije ‘La verdad no es mi estilo y no me gusta’”, platicó. A partir de ese momento comenzó a hacer sus caballos.
Aranza nos asegura que le tomó algunos años poder esculpir los caballos de la forma que lo hace hoy en día, pues la anatomía de este animal es inmensa. Con el tiempo y la práctica, la artista ha ido perfeccionando técnica porque,aunque siempre busca dejar su toque personal en cada una de sus piezas, también busca innovar pero siempre siendo fiel a su estilo.

“Amadeus” es el nombre de uno de los caballos que Aranza hizo hace poco. Este caballo es un claro ejemplo de que la artista ha plasmado, sin querer, cada etapa de su vida en su obra, “Lo hice pensando en un caballo frisón, porque ahora estoy montando un caballo así, porque se me hace espectacular y de una belleza impresionante, su melena es enorme” nos dijo y agregó: “Tiene mucho significado cada una de mis esculturas, pero esta, por ejemplo, son las raíces de donde vienes, es muy importante que nunca se te olviden”.
La artista nos dijo que son muchas las satisfacciones que le han dejado sus caballos. “Creo que a mí el arte me ha dado muchísimo; es enriquecedor en todos los sentidos, el poder estar en galerías y exposiciones pues son retos que vas cumpliendo a lo largo y que son satisfacciones enormes y más cuando alguien te dice 'Lo quiero'”, aseguró.

El amor que la jinete siente por estos animales lo comparte con su esposo, pues nos confesó que esa fue una de las razones por las que se casó con él, además de que le dio el anillo de compromiso a caballo y, por supuesto, se casó a caballo.
De sus hijos, Aranza nos cuenta que también les gusta montar, pero no al grado de su mamá, aunque sí le heredaron el gusto por el arte, ya que dos de ellos están comenzando a pintar, lo que la tiene muy contenta y orgullosa.
Este año para Aranza seguirá lleno de logros, retos y satisfacciones, pues nos confesó que está muy emocionada porque en octubre viajará a Madrid y a Roma para exponer sus increíbles caballos.
