Fue un octubre de 2001 cuando se escribió el primer capítulo público de una historia de amor que pocos vieron venir. En medio de discreción, elegancia y complicidad, el empresario Ricardo Salinas Pliego, presidente y fundador de Grupo Salinas, unió su vida a la de una joven ejecutiva de origen tapatío llamada María Laura Medina.
Aquel 25 de octubre, en una ceremonia civil íntima celebrada en Guadalajara, sellaron lo que hasta hoy es una de las relaciones más sólidas del panorama empresarial mexicano.
Pero la historia no comenzó ahí. De hecho, su origen se remonta a 1994, cuando María Laura, inquieta y decidida, tomó una de esas decisiones que cambian el rumbo de la vida: dejó su natal Guadalajara y se mudó a la Ciudad de México.
Con estudios en Diseño de Interiores y una formación administrativa por la Universidad Autónoma de Guadalajara, llegó al entonces Distrito Federal con ganas de comerse el mundo... y vaya que lo hizo.
Gracias a una recomendación de su amiga Alejandra Ibargüengoitia, también tapatía, entró a trabajar en TV Azteca, la televisora que por entonces vivía una ola de renovación bajo la dirección de un audaz Ricardo Salinas.
María Laura se integró al área comercial y muy pronto destacó por su carisma e inteligencia en el trabajo. Llegó a ser directora de Ventas Nacionales. En un mundo de hombres, su voz no sólo se escuchaba, se respetaba.
Fue en una de esas convenciones anuales —donde el propio Salinas Pliego hacía apariciones esporádicas— cuando ocurrió el flechazo allá por el año 2000.
Ricardo quedó cautivado por la energía, seguridad y belleza de aquella joven que no temía dar su opinión, aun con los jefes presentes. Dicen que fue amor a primera vista. Salieron un tiempo y, aunque él ya tenía 45 años y estaba divorciado, supo que había encontrado a su compañera de vida.
Una boda no tan secreta
La boda fue tan discreta como romántica y se llevó a cabo el 25 de octubre de 2001. Solo 40 invitados, entre familiares y amigos cercanos. La ceremonia civil tuvo lugar en casa de los padres de la novia, en la avenida Acueducto de la Colonia del Valle en Guadalajara.
Ese mismo día a las 3 de la tarde, la novia se preparó con su equipo de confianza, visitó una boutique local, realizó las últimas compras para su luna de miel y fue maquillada por Gabriel Sánchez, uno de los mejores estilistas de la ciudad. El fotógrafo Ricardo Trabulsi voló desde la CDMX para capturar el momento.El novio, mientras tanto, aguardaba en la suite presidencial del hotel Quinta Real.
Alrededor de las 8:00 p.m., los invitados comenzaron a arribar entre ellos todos los hermanos del empresario; media hora después, los novios aparecieron, visiblemente emocionados aunque no esperaban que hubiera un grupo de paparazzis que consiguieron captar su llegada. Entonces el novio apresuró el paso.
La novia lució un jumpsuit blanco con cuello halter en seda, peinada con un medio recogido que dejaba ver unos impresionantes aretes de diamantes, regalo del empresario.
Tras la firma del acta, los padres de María Laura ofrecieron una cena preparada por el banquetero Leonardo Delgadillo, ambientada por un cuarteto de cuerdas.
Cuando la medianoche se acercaba, los invitados se retiraron y la nueva pareja se dirigió a la suite presidencial del hotel Quinta Real. Al día siguiente del festejo, los nuevos esposos tomaron un avión privado que los llevó a su luna de miel por Europa, donde permanecieron aproximadamente 15 días.
Un detalle no menor: Ricardo y María Laura firmaron un acuerdo prenupcial en un despacho de Guadalajara.
Presentación en sociedad
En marzo de 2002, sólo cinco meses después de su boda civil, la pareja quiso celebrar una misa de acción de gracias con amigos y familiares por lo que organizaron una gran fiesta en la Hacienda de Cortés, en Cuernavaca, que estuvo marcada por una estricta seguridad y un montaje impecable.
Tras la misa, los invitados disfrutaron un banquete con platillos como mousse de salmón y filete al tequila, mientras grupos como Los Ángeles Azules, Caballo Dorado, Los Abelardos, Amauri Gutiérrez y un mariachi animaron la fiesta.
Políticos, empresarios y figuras de la televisión se dieron cita para celebrar a la pareja, entre ellos Carlos Slim Domit, Roberto Madrazo y Emilio Azcárraga Jean entonces dueño de Televisa, quien sorprendió con su presencia, demostrando que los negocios y la amistad pueden coexistir.
De la televisora del Ajusco estaban Paty Chapoy, Sergio Sarmiento, José Ramón Fernández, entre muchos otros.
Dos días antes del evento, en la Hacienda se implementó un riguroso operativo de seguridad para garantizar la privacidad absoluta.
Se instaló una malla electrificada alrededor del perímetro y un equipo de guardias vigiló constantemente las entradas. En uno de los jardines se levantaron dos carpas y se distribuyeron 25 mesas para los invitados.
Además, dos camiones cargados con equipo técnico de la televisora del Ajusco llegaron para montar un gran escenario junto a la pista de baile.
Desde temprano, se recibieron numerosos camiones con impresionantes arreglos florales que adornan tanto el lugar de la ceremonia como el área del banquete, creando el ambiente perfecto para una celebración inolvidable.
Una esposa inquieta
María Laura aunque pudo quedarse cómodamente en casa ejerciendo como "Esposa de" y aunque siempre fue inquieta, su amor por Ricardo la ha inspirado a ir por más.
¡Forman un gran equipo! María Laura Medina ha construido su propio universo de estilo, diseño y bienestar. Fundadora de Esencial, una exclusiva firma de mobiliario europeo con presencia en Ciudad de México y Guadalajara, también ha incursionado en el mundo del wellness con Clínica Esencial, donde el lujo y el cuidado personal van de la mano.
Apasionada del diseño, es parte activa de Design Week México y creadora de Teoría Floral, una propuesta fresca y sofisticada en arreglos florales para toda ocasión.
¿Entretenimiento? También es lo suyo. Fue la productora de Myst, un show que nació como regalo de cumpleaños para su esposo, Ricardo Salinas Pliego, inspirado en los momentos musicales clave de su vida. Lo que empezó como algo íntimo, hoy es uno de los espectáculos más exitosos del país, con funciones a teatro lleno. También estuvo al frente de La Malinche, el musical, una ambiciosa puesta en escena.
Y como si fuera poco, lidera Rancho San Jacinto, un huerto 100% sustentable que produce alimentos libres de químicos.
Así, María Laura demuestra que el buen gusto, el compromiso social y la visión empresarial pueden convivir con armonía.
La historia de esta pareja, nacida en los pasillos de una televisora, culminó en el altar y con la llegada de tres hijos: Ricardo, Mariano y Cristóbal.
Hoy Ricardo y María Laura son sin duda la pareja más poderosa de México.
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