A pesar de que a principios de año Jennifer Lopez y Ben Affleck firmaron oficialmente los papeles de su divorcio, la cantante y el actor tienen un asunto inconcluso en común: la venta de la mansión ubicada en Beverly Hills que compraron en 2023.
Desde antes de que comenzaran a circular los rumores de su separación, la propiedad fue una de las pistas cruciales desde el momento en que la pusieron a la venta. La mansión, conocida como Wallingford Estate, oficialmente ha estado a la venta desde julio del 2024.
La casa está constituida por más de 3 mil 500 metros cuadrados de construcción y 20 mil de terreno. Cuenta con amenidades como una enorme piscina, pistas de pickleball y baloncesto, un gran estacionamiento para coches, entre otras.
La pareja adquirió la casa en mayo de 2023 por 60.8 millones de dólares, sin embargo, pese a que ya casi ha pasado un año desde que fue puesta a la venta, no ha despertado gran interés en adquirirla, razón por la que han decidido retirarla de la venta, según dijeron fuentes anónimas a 'People'.
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Al principio, JLo y Ben redujeron el precio porque la propiedad parecía demasiado cara para el mercado, lo que impedía que fuera adquirida. Pasaron de pedir 68 millones de dólares a pedir 59.5, sin embargo, no han podido encontrar un comprador.
Según reportó el ‘Daily Mail’, hay algunos factores que pudieron ser claves para que la propiedad no fuera atractiva, entre ellos, los enormes gastos financieros asociados con la venta.
Además, también se toman en cuenta los gastos mensuales asociados a impuestos, costos de seguridad y tarifas de la asociación de propietarios, además de la ubicación de la propiedad.
“La ubicación específica de la propiedad crea otro factor que complica las cosas para Jennifer Lopez y Ben Affleck. La ubicación geográfica de la casa está ubicada en el área de la oficina de correos de Beverly Hills, que técnicamente está en Los Ángeles, por lo que tendrán que pagar un impuesto de mansión de más de 3 millones”.
Actualmente JLo y Ben Affleck han optado por buscar sus propias casas después de su separación. El actor, de 52 años, adquirió una casa de 20 millones de dólares, aunque se desconoce su ubicación, mientras que Jennifer Lopez compró en enero una propiedad de 18 millones de dólares en Los Ángeles.
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