Hay una estética que no necesita presentación, porque ya lo ha dice todo con sus curvas.
Surgió entre reality shows, reggaetón y cirugía estética, pero hoy se pasea por alfombras rojas y jets privados. Es el look de la mujer-escultura: pelo largo y brillante, labios rellenos, uñas acrílicas que podrían abrir latas de atún, bustos generosos, cinturas imposibles y traseros que desafían la física.
El outfit es muy ceñido, el escote profundo, y el mensaje claro: aquí no hay espacio para la discreción.
Esta estética, que algunos llaman ubersexy y otros prefieren no nombrar, ha dejado de ser marginal para convertirse en mainstream. ¿Cómo llegamos aquí? Con bisturí, filtros y una buena dosis de marketing.
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Aquí, cinco famosas que han hecho de sus curvas su boleto a la fama y la fortuna...
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Kim Kardashian no inventó el cuerpo ultra curvilíneo, pero sí lo convirtió en moneda de cambio cultural. Desde que irrumpió en la escena con su reality familiar y su escandaloso video sexual, ha moldeado no solo su figura, sino el rumbo de esta tendencia.
Su estética es deliberada: pelo negro como tinta, labios perfilados con precisión quirúrgica, y una silueta que parece diseñada por software. Kim entendió que el cuerpo podía ser branding, y lo hizo franquicia.
Cada una de sus apariciones públicas es una lección de escultura textil: vestidos que se adhieren como segunda piel, escotes que desafían la gravedad, y una actitud que mezcla sensualidad con cálculo empresarial.
Pero detrás del látex y los contornos hay una narrativa más compleja. Kim ha sido criticada por promover estándares inalcanzables, pero también celebrada por abrir espacio a cuerpos no normativos (aunque hipereditados).
Su influencia es tan profunda que incluso quienes reniegan de ella terminan replicando su estética. En el fondo, Kim no es solo una celebridad: es un algoritmo cultural.
Georgina Rodríguez no necesitó un reality para entrar en el juego, solo fue necesario un romance con Cristiano Ronaldo y un cuerpo que parece esculpido en mármol.
Exbailarina, influencer y empresaria ocasional, ha adoptado la estética Kardashian con devoción. Pelo largo, maquillaje de alto voltaje, y una silueta que se exhibe en mallas deportivas o vestidos midi con escote estratégico.
Georgina no improvisa: cada pose está calculada para resaltar sus curvas, cada outfit diseñado para reafirmar su lugar entre las ubersexies más famosas (e imitadas) en el mundo.
Lo interesante de Gio es su capacidad para replicar sin perder identidad. Aunque su estilo es claramente ‘el de moda’, lo adapta al contexto europeo con un toque de lujo. No hay tanta estridencia, pero sí mucha intención. Su Instagram es un catálogo de cómo vestir el cuerpo para enfatizarlo, y aunque no siempre innova, sí perfecciona.
Lauren Sánchez, la periodista convertida en la nueva esposa del magnate Jeff Bezos, representa una variante madura de esta estética.
A sus cincuenta y tantos, luce un cuerpo súper tonificado, en el que claramente ha invertido y ha optimizado.
Su estilo mezcla el glamour hollywoodense con el toque siliconado de Beverly Hills. Escotes pronunciados, vestidos que parecen moldeados al vacío, y un rostro que ha pasado por más de una actualización.
Hay algo de ejecutivo en su sensualidad, como si el cuerpo fuera parte de su portafolio. No busca parecer una veinteañera, pero sí mantenerse en el juego.
En ella, la estética ubersexy se vuelve aspiracional para una generación que no quiere jubilar su atractivo.
Sabrina Carpenter es la prueba de que esta estética también tiene versión teen. Aunque su cuerpo no responde tanto al molde Kardashian, su estilo sí coquetea con él: minivestidos ajustados, bodysuits con pantimedias, escotes inesperados, maquillaje cargado y una actitud que mezcla inocencia con provocación.
Sabrina no es vulgar, pero tampoco naïve. Su estética es una interpretación pop del cuerpo como espectáculo.
Lo curioso es cómo esta estética se filtra en generaciones más jóvenes sin necesidad de bisturí. En Sabrina, el look se logra con estilismo y actitud, no con cirugía. Pero el mensaje es el mismo: el cuerpo se exhibe, se celebra, se monetiza.
Bianca Censori, arquitecta y esposa de Kanye West, lleva la estética ubersexy al extremo conceptual. Sus outfits son tan ceñidos e imposiblemente atrevidos que parecen parte del cuerpo, y tan minimalistas que rozan lo performático.
Escotes imposibles, transparencias que no dejan nada, pero absolutamente nada, a la imaginación, y una actitud que mezcla lo artístico con provocación callejera. Bianca no se viste, hace performance.
Lo fascinante de Bianca es que convierte el cuerpo en manifiesto. Su estilo es una crítica y una celebración del molde Kardashian, llevado al límite.
En ella, la estética se vuelve instalación: cada aparición pública es un performance. No busca gustar, busca impactar. Y lo logra.
Hola, Gurú:
¿Las pantimedias están en tendencia?
Esther
Hola, Esther:
Sí, pero no como antes. Las pantimedias han regresado, pero con nuevas reglas. Ya no son solo negras o nude: ahora se llevan logotipos, texturas, brillos y hasta cortes estratégicos.
Las marcas de lujo las han rescatado como accesorio statement, y las chicas cool las combinan con minifaldas, shorts o incluso sandalias.
Eso sí: olvídate del look oficinista. Las pantimedias de hoy son atrevidas, visibles y parte del outfit, no un complemento funcional. ¿La clave? Que se vean.
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