Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén

El pasado sábado estuvimos en una tarde llena de historia y amistad, Rodrigo nos invitó a su legendario almacén.

Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.
Una tarde con Rodrigo Rivero Lake en su mítico almacén.

El pasado sábado fuimos testigos de una tarde entrañable, llena de historia, belleza y amistad. Rodrigo Rivero Lake, anticuario, coleccionista y figura clave en el mundo del arte, abrió las puertas de su legendario almacén para compartir con un grupo de amigos cercanos una comida muy especial.

Ubicado en un rincón discreto pero vibrante de la ciudad, su almacén es mucho más que un espacio para resguardar piezas; es un universo propio, tejido con objetos recolectados a lo largo de más de cinco décadas de viajes, descubrimientos y pasiones. Rivero Lake ha recorrido el mundo (especialmente Asia) en busca de piezas con historia, alma y simbolismo. “La mayoría es de India, pero también hay cosas de Indonesia, de México, de muchos lados”, comentó con una sonrisa cómplice mientras recorríamos juntos los pasillos del lugar.

Entre esculturas antiguas, orientales, mobiliario exquisito y vírgenes mexicanas, los invitados; entre ellos Marcella Lembert, Fernando Noriega, su hijo Rodrigo Rivera Lake, Ale Medina y Lily Duclaud. Disfrutaron de una tarde marcada por la calidez del anfitrión, quien no dejó de compartir anécdotas, reflexiones y fragmentos de su vida.

Newsletter Hello Weekend!
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

“Qué bueno que tienen la curiosidad, que mueve todo”, nos dijo en un momento, y así es como la curiosidad es motor de su vida, su obra y su mirada sobre el mundo. Para él, cada pieza que guarda tiene una historia. “Todo un mundo, una historia para conocer” nos contó.

Con humor y sensibilidad, Rivero Lake nos hizo parte de su universo personal. “Es encontrar viejos amigos. Todos los conocí en otro lugar, en todas las circunstancias. Y ahora que los veo aquí, o mañana los veo en una casa presumiéndoles, me da gusto verlos”, nos dijo sobre lo que significaba compartir esa tarde con sus más cercanos.

Entre sus piezas más queridas, nos mostró varias imágenes de la Virgen de Guadalupe. “Aquí mandé a hacer 75 en India porque soy guadalupano. Las he encontrado también en España”.

La comida, por supuesto, fue deliciosa, pero quedó en segundo plano ante la conversación, la calidez del encuentro y la experiencia de recorrer uno de los lugares más singulares y valiosos de la ciudad.

Esa tarde no fue simplemente una reunión social: fue una puerta abierta a un universo íntimo, profundo y lleno de historias. Y nosotros estuvimos ahí para vivirlo y escucharlo.