Hace unos días, el Caribe mexicano se puso de manteles largos, cuando Nizuc Resort & Spa celebró con bombo, platillo y mezcal el evento Oaxaca visita Ramona, parte de su deliciosa serie A Taste of Nizuc. ¿La misión? Rendir homenaje a la cocina oaxaqueña de la mano de dos extraordinarios chefs.
Por un lado, José Manuel Baños, el crack detrás de Pitiona, llegó desde Oaxaca cargado de magia culinaria ancestral, ingredientes locales y esa habilidad tan suya para hacer que el mole hable. Por el otro, Irving Cupul, el chef yucateco que manda en Ramona, el restaurante insignia del resort, que sabe cómo elevar la tradición con técnica y estilo.
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El menú de seis tiempos incluyó: Crudo de pesca, leche de tigre de pitahaya y recado negro, de Irving Cupul; Empanada de plátano macho rellena de lechón en espejo de mole negro, de José Manuel Baños; Tamal de xpelón, chaya y flor de calabaza en salsa de tomate frita, de Irving Cupul; Bacalao con mole vasco y ensalada de aceitunas, frijolón, tomate milpa y limón eureka, de José Manuel Baños; Magret de pato con mole de naranja y zanahorias confitadas en manteca de cacao, también del chef Baños, así como el broche de oro, la Tarta de quesos oaxaqueños y toffee de licor de naranja hecho en casa con helado de vainilla oaxaqueña.
Durante dos noches, los comensales viajaron sin moverse de la mesa a través de sabores vibrantes, mágicas bebidas y una presentación que fue puro arte. El evento también sirvió para lucir los galones de Ramona, recién premiado como uno de los 250 Mejores Restaurantes de México y ganador del galardón César Balsa al Mejor Restaurante de Hotel en el país.
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Entre mole, mezcal, tamales, frijoles, chiles y muchas ganas de celebrar, Oaxaca visita Ramona no solo ofreció una cena, sino una experiencia donde tradición y creatividad se abrazaron en cada bocado. Porque la cocina mexicana no solo alimenta, también emociona, cuenta historias y, si le pones mezcal, hasta baila.