Foto: bitacoraserrantes.com
Este hotel boutique se encuentra en lo que fuera una antigua plantación de café llamada Finca San Buenaventura. Los títulos de la propiedad datan del periodo colonial de la Capitanía General de Guatemala, entre 1524 y 1821. En 1970 Arturo Rivera heredó la tierra de sus antepasados y junto a su esposa, Susan Tyng, abrió este acogedor espacio de 14 habitaciones.
Con el tiempo, la propiedad fue creciendo hasta alcanzar las 61 habitaciones con que cuenta en la actualidad, cada una decorada en forma independiente, con robustos muebles de época, tapices y alfombras con los bellos tejidos y bordados de la zona. Los cuartos se clasifican en Sencillo, Doble o Triple Estándar, Junior Suite y la espectacular Master Suite, con sala, chimenea y terraza.
El hotel cuenta además con un restaurante con vistas a la alberca de borde infinito, el lago y los volcanes, además del bar Volcanes. Los jardines, que se extienden hasta el borde del lago, son el máximo atractivo del Hotel Atitlán, con unas 200 variedades de rosas, 50 de hibiscos, vides.
Un jardín tropical de heliconias, orquídeas y más de 25 colores diferentes de buganvilias. Los huéspedes pueden además caminar tranquilamente por los senderos observando unas 250 especies de aves que habitan en la zona, además de los monos que espían desde las copas de los árboles y cientos de mariposas de vivos colores.