The Bright Side| 29/06/2017 |14:26 |The Bright Side | Actualizada
14:26

La vida está llena de retos que se nos presentan como posibilidades para convertirnos en mejores personas. Sin embargo, a veces estamos tan encarrilados en la enorme cantidad de actividades que realizamos, que se nos olvida el verdadero propósito de nuestra existencia.

Cuando tenemos un problema, nos rompemos la cabeza tratando de resolverlo, lo vemos desde todos los ángulos y queremos encontrar una solución cueste lo que cueste y a veces, el precio es muy alto porque no podemos solucionarlo.

Si nos obsesionamos con él, es como poner una mano frente a nuestros ojos y enfocar nuestra vista solamente en ésta, perdemos la perspectiva de todo lo que hay detrás.

Nuestra energía está puesta en el obstáculo y dejamos nuestras fuerzas en lo que tapa nuestro campo de visión.

Muchas veces no podemos eliminar la mano, lo que sí podemos hacer es cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en todo lo que hay detrás. Por lo general ahí encontramos el horizonte que es enorme y está lleno de posibilidades que ni siquiera habíamos podido ver por estar centrados en el problema.

Por ejemplo: por estar ofuscad@ con un trabajo que no te gusta, no te das ni el tiempo ni la oportunidad de buscar opciones más afines a lo que quieres. Y en otras circunstancias te drenas tanto que obstruyes todas las áreas de tu vida.

Entiendo que no siempre es fácil ver todo el panorama, pero en la mayoría de los casos es posible por lo menos intentarlo.

Te invito a que si en este momento hay algo que te está impidiendo avanzar, hagas este ejercicio y lo apliques en la circunstancia que estás pasando.

Por experiencia puedo decirte que me he impresionado al darme cuenta de todo lo que podía ganar con tan solo mover el foco de mi atención.