The Bright Side| 25/05/2017 |13:13 |The Bright Side | Actualizada
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“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio”, Charles Darwin

Tenemos una necesidad de controlarlo todo para sentimos seguros. Sin embargo, es una ilusión imposible de lograr. La incertidumbre nos causa ansiedad, porque no sabemos qué va a suceder y aquí hay un regalo cuando descubrimos posibilidades aún mejores de lo que imaginábamos. Pero ¡qué trabajo nos cuesta! Hemos escuchado la frase de Paulo Coelho que dice: “Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo. Entonces ¿por qué si yo anhelo tanto que se realice mi sueño, por más que lo intento no veo resultados? La respuesta está en el “cómo”. Nos confundimos creyendo que la única opción viable es que cada paso sea exactamente como lo suponíamos. ¡Queremos tener el control hasta de eso! Hay un cuento que pone muy claro esto: está un señor en el mar a la deriva y llega a ofrecerle ayuda una lancha. Él declina el ofrecimiento diciendo: “No, gracias, Dios me va a ayudar”. Da la misma respuesta a un helicóptero y a un barco. Finalmente el hombre muere y al llegar con Dios le reclama por no haberlo ayudado. Dios le contesta: sí te ayudé, te mandé una lancha, un helicóptero y un barco”…Y ¿cuántas veces nos pasa lo mismo por nuestra terquedad de que las cosas sean tal y como queremos y nos cegamos a ver las señales. Sí, teníamos un plan, pero la vida es mucho más grande y con frecuencia nos cambia el itinerario. La capacidad de adaptarnos a los cambios es lo que marcará la diferencia y nuestro aprendizaje.

Hace unos años estaba planeando mis actividades del día. Me gusta hacer rutas de modo que el tiempo me rinda mejor. En aquella ocasión, nada salía como yo quería. Por alguna razón pensé “está bien, si no es como yo creo, veré la posibilidad de hacer las cosas como se me están presentando”. Terminé comiendo con mi papá en vez de hacerlo cerca de mi trabajo y ese mismo día él murió de un infarto. En aquel entonces comprendí el “para qué” de tanto cambio. Y el haberme dejado llevar me dio la oportunidad de abrazar a mi padre por última vez.

Hoy me encuentro en una situación similar: veo que por más que intento, los resultados no están siendo los esperados y amanecí recordando la anécdota que antes conté. Mi trabajo será de humildad y de darme cuenta que muchas situaciones no dependen de mi. Descansaré y me dejaré guiar por algo mayor… a ver qué pasa. Por lo general, te invito a que hagas una tarea y esta vez la haremos junt@s. Si te encuentras en una circunstancia similar, suéltate y descubramos qué sucede…