The Bright Side| 16/03/2017 |10:55 |The Bright Side | Actualizada
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“Si fluyes vives la magia sorprendente, rica y abundante de la incertidumbre. Si empujas, vives bajo la falsa creencia de intentar controlar el flujo de la vida” Anónimo

Hace unos días, una amiga muy querida me mandó una reflexión acerca de este tema y aunque ya se ha vuelto un lugar común lo de “fluye”, creo que siguen existiendo aspectos que se puedan rescatar. Nos han enseñado que debemos hacer todo lo posible para lograr lo que deseamos, pero ¿hasta qué punto llega esto? Muchas veces confundimos el poner todo de nuestra parte con obsesionarnos con algo. Si bien es cierto que las situaciones o las cosas no van a llegar a nosotros por obra de magia, mientras esperamos sentados, tampoco el otro extremo es correcto, ya que muchas veces “morimos” de agotamiento en el intento por conseguirlo. Esto también tiene que ver con nuestras expectativas en relación a lo que deseamos. Algunas veces nos planteamos objetivos totalmente fuera de la realidad sin importarnos si son alcanzables o no. Por ejemplo, quieres que tu pareja te quiera como tú esperas. Si analizas bien tus necesidades, probablemente lo que quieres es sentirte importante, considerad@ y eso no necesariamente te lo tiene que proporcionar el otro. Escúchate y ve de qué manera puedes tú regalarte aquello que necesitas. ¿Cedes constantemente a los deseos de los demás sin oír tu voz interior? ¿Te haces caso cuando tu intuición te dice algo?

Si empiezas por ti, seguramente te darás cuenta de que existen muchas formas de demostrar amor. En ocasiones hay que ser humildes y aceptar nuestras propias limitaciones y rendirnos ante la vida como algo mucho mayor que nosotros mismos. Esto significa aceptar que por más que queramos algo, existen el libre albedrío del otro y variables en las circunstancias que son ajenas a nosotros mismos. A veces perdemos la percepción entre lo que es posible o no y es importante que insistamos en darnos momentos para sentir y pensar y ser realistas. Hacer un inventario de los recursos y herramientas con los que cuentas hoy para ir dando pasos poco a poco. Hay que saber cuándo acelerar, cuándo frenar y cuándo cambiar de camino. Esto lleva tiempo y es una maestría de vida, porque es muy fácil que nos dejemos llevar por el entusiasmo y perdernos en el intento. Le tememos a la incertidumbre y quisiéramos conocer con certeza lo que va a pasar en el futuro y nuestros intentos por controlarlo hacen que batallemos de más. Pero hay ocasiones en las que, siendo honestos, es preferible no saber lo que viene y que seguramente será mejor que una realidad certera en la que no eres feliz. Deja de perder tu energía empujando algo que no te corresponde y aviéntate al río de la vida sin nadar contra corriente ¡Disfruta el viaje!