The Bright Side| 20/01/2016 |18:38 |The Bright Side | Actualizada
18:38

Fui feliz el día en que se rompió mi báscula… Como muchas personas, tuve la idea de que el peso era un factor determinante para ganar un lugar en el mundo y con los demás, como si cada problema se solucionara poniéndome a dieta. Durante muchos años me pesaba diariamente. He estado muy delgada creyendo que mi alegría tenía que ver con esto… Cuando empecé a engordar no me gustó nadita. La ropa ya no me quedaba y enflacar se convirtió en una obsesión. Hice cuanta dieta me recomendaban y sí, lograba bajar unos kilos, pero los recuperaba fácilmente. Y me di cuenta que mi cuerpo quería decirme algo. Como si se estuviera defendiendo y el peso me arraigara a la tierra. Confieso que me sentía bien así y el mensaje era muy claro. Más tarde, viendo fotografías entendí que precisamente los momentos en los que me he sentido más feliz y con una vida más equilibrada, eran aquellos en los que estaba más “llenita”. Así que decidí aceptarme como estaba. Lo chistoso era que los demás no notaban tanto estos cambios físicos, sino más bien mi actitud. Y un día se rompió la báscula. Ya no supe más cuánto pesaba y empecé a engordar sin control, pero seguí mi intuición y solté. Ese mismo año, sin proponérmelo, mi cuerpo empezó a volverse más ligero, hasta que llegué a estar delgada otra vez. Ahora subo o bajo dependiendo de la época, pero ya no es algo que me estorba, me veo completa y acepto los cambios. Creo que ver a nuestro cuerpo como un enemigo hace que nos sintamos insatisfechos. Nos miramos en el espejo y queremos desaparecer lo que no nos gusta y a veces de maneras poco sanas. Nos torturamos porque creemos que “esa lonja” es la causante de lo que nos pasa.  ¿Te has puesto a pensar qué es lo que te quiere decir? Sí, muchas veces una parte del cuerpo que crece está pidiendo a gritos que la escuches, que le pongas más atención, o puede ser que te esté “protegiendo” de algo. Alguna vez en una sesión una persona se dio cuenta que su panza había crecido como una manera de escudo en contra de las críticas que recibía. Cuando lo hizo consciente, pudo verse completa y amorosamente y fue entonces cuando lo agradeció y pudo bajar de peso. Lo importante es aceptar las cosas tal y como son ahora. Si engordaste unos kilitos en estas fechas, espero que haya sido disfrutando. Y si por salud quieres bajarlos, hazlo, pero siempre con la premisa de que lo haces por amor a ti, a tu cuerpo, sin torturas ni exageraciones. Mírate con amor y apapáchate. Te aseguro que tu cuerpo será tu aliado en vez de tu enemigo.