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Durante la regata de la Fundación Niños en Alegría, la escritora platicó con la hija del ex presidente Miguel Alemán, a bordo de un yate, donde le compartió la clave del éxito de su labor filantrópica, la participación del Ejército Mexicano es este proyecto y del Kilimanjaro, su próximo reto.
Ya a bordo, Claudia -como editora invitada de CLASE- entrevistó a su gran amiga sobre su labor filantrópica. En ese espacio íntimo Alejandra Alemán nos reveló sus retos personales y las causas que la han llevado a trabajar por la educación de los niños de escasos de recursos del estado de Guerrero, desde hace 15 años. Ambas con plena confianza comenzaron su charla y la compartieron con CLASE.
Estoy muy orgullosa de ti amiga, porque he visto cómo comenzaste esto, fue casi como un sueño guajiro y ahora se ha convertido en 15 años, 15 escuelas y mucha gente que se mueve. Conjuntar tantos intereses y lograr tus propósitos es muy digno de admiración, muchos dicen que es por la publicidad.
Cuéntame, ¿cuál es tu motivo?
Definitivamente el primer motivo es personal porque creo que la vida me ha dado tantas oportunidades que encontré el poder en mí misma de tocar muchísimas puertas, de ir a preguntarle a muchas personas si quieren subirse a mi barco, es tan satisfactorio que la gente crea en ti y sobre todo en el proyecto. Creo que nuestra fundación es muy fácil de digerir en el sentido que los donantes dan un dinero y al año está la escuela, así que es algo físico, algo palpable, un tema a corto plazo. Escogí Guerrero porque crecí aquí de chica, le tengo muchísimo cariño e independientemente de que es el estado en penúltimo lugar de deserción escolar, de prostitución y de graves problemas en la educación, con los profesores, con la política y el narcotráfico, y pues qué mejor que estos niños tengan la oportunidad de irse a España por una beca, de irse a un campamento a Tres Marías, de recibir su mochila y así dar una aportación a la familia.
¿Te gusta salir en las fotos? Esa también es una pregunta que siempre se hacen, yo puedo decir que hicimos un estudio en el que se entendió que los sponsors funcionaban y donaban más si se hace una fiesta, si se hace un reportaje o una publicidad, pues ellos también pueden ganar con esto, a ti en lo personal, ¿te interesa esta publicidad?
Por la fundación sí, definitivamente todo y yo creo que la prensa lo sabe, todo lo que hago siempre está dirigido a este proyecto. Por ejemplo la escuela que inauguramos ayer se dio porque las personas se enteraron por medio de la prensa de nuestra fundación.
Tú dijiste que esto es un reto personal, sé también que ahora tomarás otro reto que me parece increíble, el del Kilimanjaro, tú eres parte austriaca de origen, así que tienes esta pasión por subirte a las montañas y alcanzar metas. Cuéntanos un poco cómo funciona.
Es una campaña que se llama “Ascenso por la educación” y de las 20 personas que vamos en el equipo de Héctor Ponce de León, seis se animaron a meterse a esto y todos obviamente somos embajadores autofinanciables, lo cual quiere decir que nosotros pagamos nuestros gastos completamente y hemos estado entrenando cerca de un año en diferentes cimas en México, lo hacemos con el fin de apoyar fundaciones para recaudar fotos. Sí queremos dar a conocer más a la asociación en este grupo de montañistas, es otro círculo, son deportistas también y son gente que tiene cierto poder adquisitivo, así que ¿por qué no tener más amigos en Niños en Alegría? Se nos hizo una campaña muy interesante, cada 15 días estamos subiendo una plataforma en la que la gente puede donar desde cinco dólares hasta cinco mil, la meta son 22 mil dólares que equivalen a un aula didáctica.
Ayer me contaste algo que me llamó la atención: que el Ejército está colaborando entregando mano de obra y maquinaria a la fundación de forma directa, eso yo nunca lo había oído y que estás a punto de firmar un convenio con el ejército para que los militares que están dedicados a labores en desastres, que están sin hacer mucho en el momento, estén apoyándonos, ¿cómo se dio?
Concretamente hace un año, en la regata pasada, tuvimos la gran oportunidad de conocer al entonces general de división de aquí, de la sección, él se acercó contándonos que todos los soldados que normalmente están preparados para una contingencia ecológica, en esos momentos estaban sin ocupación, así que nos los facilitó para que nos apoyen en labores de albañilería. Al principio hablamos con los arquitectos para ver cómo podíamos hacerlo y desde hace un mes ya estamos construyendo una escuela con la maquinaria y los soldados que nos está facilitando la Secretaría de la Defensa Nacional.